¿Buena o mala energía? Europa contra los reactores de neutrones rápidos

Vivimos en una época en la que las decisiones en el sector energético se presentan como una elección entre el bien y el mal. Pero, tarde o temprano, incluso en Europa, la gente se dará cuenta de que hay otros criterios para elegir.

También en términos de políticas energéticas el mundo se divide en dos. Por un lado, los países occidentales han introducido categorías morales como el bien (eólica y solar) y el mal (energía nuclear). Por otro lado, RusiaChina y otros países que han adoptado una postura pragmática en temas energéticos.

Todo el mundo es consciente de que se debe limitar el consumo de hidrocarburos, ya que su combustión para la producción de energía es uno de los principales factores que contribuyen a la contaminación ambiental (hasta el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero). Sin embargo, las formas de llegar a fuentes de energía amigables con el medio ambiente son diferentes.

Ideología contra tecnología

En el caso de la energía nuclear, por ejemplo, se evidencia un enfoque muy diferente entre Occidente y Oriente. El primero lo ha convertido en una cuestión ideológica, mientras que el segundo en una cuestión tecnológica.

Por ejemplo, la Rosatom State Corporation de Rusia ha adoptado una estrategia centrada en los reactores de neutrones rápidos basados ​​en un ciclo de combustible nuclear cerrado (NFC), que se convertirá en la columna vertebral de la seguridad energética y ambiental del país. En Rusia y China, la energía nuclear será decisiva para sustituir la combustión de hidrocarburos.

Los reactores de neutrones rápidos basados ​​en NFC cerrado tampoco son adecuados para Europa

La tecnología de reactores de neutrones rápidos basados ​​en NFC cerrados es considerada por Europa como inaceptable desde el punto de vista de la no proliferación de armas nucleares, ya que se teme que la producción de plutonio y la difusión mundial de estas tecnologías puede conducir a un uso indebido.

Sin embargo, los términos peligroso e inaceptable solo tienen sentido cuando se comparan con las alternativas. Si bien es posible comparar sistemas energéticos, también es necesario especificar los criterios de comparación: el costo de la energía, la disponibilidad de combustible, la contaminación ambiental, el impacto en la salud pública, el riesgo y las consecuencias de los accidentes. Es importante considerar el sistema como un todo y no sus elementos separados, así como considerar qué ganará y qué perderá la sociedad al elegir una u otra fuente de energía.

Sólo después de tal comparación y consideración puede aceptarse o rechazarse cualquier sistema energético. Desafortunadamente, hasta la fecha, ni los políticos europeos ni la sociedad occidental en general quieren examinar racionalmente los pros y los contras de la energía nuclear. La energía nuclear es considerada el mal absoluto, sin contar que los sistemas energéticos de hidrocarburos son aún más peligrosos.

Una tecnología que permite el vaciado de instalaciones de almacenamiento de plutonio

Como bien se describe en un artículo publicado recientemente en la revista Nuclear Engineering International, los reactores de neutrones rápidos facilitarán el vaciado gradual de las instalaciones de almacenamiento de plutonio y el reprocesamiento de todo el combustible nuclear gastado de las centrales nucleares actualmente en funcionamiento. En consecuencia, en ausencia de cualquier necesidad de enriquecimiento de uranio, el régimen de no proliferación nuclear se fortalecerá significativamente.

Parece lógico pensar que al pasarse a la energía nuclear, la humanidad podrá disponer de una fuente de energía ecológica, prácticamente inagotable durante miles de años, con muchas esperanzas en su posterior desarrollo. Por el contrario, rechazar la energía nuclear basada en estas nuevas tecnologías parece ser una elección dictada por la ideología y que pondrá en riesgo irreparable el futuro energético de nuestra sociedad.

En la Edad Media estaba la Iglesia que había hecho de la ciencia un asunto religioso y era el Papa quien decidía lo que era bueno y malo. Es dramático constatar que, hasta la fecha, las cosas no parecen haber cambiado mucho en Europa, dado que es el ideólogo político quien distingue entre las buenas y las malas energías.

METALLIRARI.COM © SOME RIGHTS RESERVED

** Los comentarios están deshabilitados. Puede comentar los artículos en nuestras páginas sociales en FACEBOOK, TWITTER