¿Por qué Estados Unidos sigue comprando uranio a Rusia?

El uranio ruso no está sujeto a sanciones. Para entender por qué, basta con considerar los 90 reactores nucleares de los Estados Unidos, y sus necesidades de combustible nuclear.

La energía nuclear está ganando cada vez más la atención del público. Especialmente después del inicio de la guerra en Ucrania que expuso sin piedad todas las debilidades energéticas de la Unión Europea (UE), el mundo mira a los combustibles nucleares con otros ojos.

Mientras Europa viene de años de tratar de abandonar las plantas de energía nuclear, Estados Unidos continúa operando todos sus reactores nucleares. A finales de 2021 representaron el 19,6% de toda la energía generada.

Estados Unidos no produce suficiente uranio para sus necesidades

Sin embargo, incluso un país rico en energía como Estados Unidos no produce suficiente combustible nuclear para sus necesidades y tiene que depender de las importaciones. Entre estos se encuentran los de Rusia que representan volúmenes significativos de uranio enriquecido. Además, los estadounidenses y los rusos continúan cooperando en el campo de la energía nuclear.

Pero, ¿por qué Rusia sigue suministrando combustible nuclear a EE .UU. y por qué EE .UU. sigue comprándolo?

Primero, el uranio no se ha visto afectado por las sanciones occidentales o rusas. Para Rusia, la venta de fluoruro de uranio (producto enriquecido) genera ingresos sustanciales, especialmente después del aumento de precios en 2022.

644 millones de dólares de uranio en 10 meses

Las exportaciones de uranio ruso a Estados Unidos en octubre de 2022 se estimaron en 184,7 millones de dólares, la mayor cantidad desde noviembre de 2016. En total, en los primeros 10 meses de 2022, Estados Unidos recibió 644 millones de dólares de uranio de Rusia, más del 25% de todos los suministros extranjeros.

Rusia suministra uranio al mercado mundial a través de Techsnabexport, un apéndice de Rosatom, la única empresa que vende uranio enriquecido al 20% (el standard es al 5%) que utiliza la nueva generación de reactores nucleares estadounidenses.

Naturalmente, la exclusión del combustible nuclear de las sanciones occidentales ha creado frustración entre los estadounidenses dado el flujo de dólares que generan las compras de uranio para el régimen de Putin. Sin embargo, sería muy difícil mantener en funcionamiento 90 reactores nucleares, la mayoría del mundo propiedad de Estados Unidos, sin el uranio de Rusia.

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