La China está a punto de crear un gigante mundial de tierras raras.
De hecho, fusionará varias empresas estatales del sector, para mejorar su eficiencia y permitir un mayor desarrollo. Según Global Times, se espera que la nueva empresa gigante se incorpore oficialmente este mes.
El gobierno chino quiere un predominio absoluto
La noticia es realmente importante y ha sido reportada por varios medios internacionales, comenzando por el Wall Street Journal. La formación de esta nueva empresa fortalecerá aún más las ventajas de China en el sector de las tierras raras, donde ya tiene una posición claramente dominante sobre el resto del mundo.
Pero con la mejora gradual en la concentración del sector, China será aún más competitiva y tendrá un poder de fijación de precios que nadie podrá contrarrestar. De hecho, la medida del gobierno chino consagra el dominio absoluto del país en el mercado mundial de tierras raras.
Los precios subirán
Los expertos de la industria saben muy bien que, hasta la fecha, los precios de algunos elementos de tierras raras son bajos debido a un suministro pulverizado. Sin embargo, si son administrados por una sola entidad, las cosas cambiarán y es probable que los precios actuales permanezcan en el recuerdo.
Lo cierto es que la nueva medida china no solo concierne al mercado de tierras raras como tal, sino a toda la cadena industrial upstream y downstream (incluido, por ejemplo, el sector de la electrónica). Se espera que la nueva empresa aplique reglas más estrictas sobre la cantidad de producción y el volumen de exportaciones de tierras raras, con un efecto vertiginoso en los precios. Además, se fortalecerá la cadena de suministro de las industrias nacionales, haciéndolas más robustas y sostenibles, al tiempo que se evitará el flujo descontrolado de tierras raras fuera del país.
Para Occidente las cosas van mal
Sin embargo, si lo miramos desde el punto de vista occidental, estos nuevos desarrollos no auguran nada bueno.
Un sector de tierras raras totalmente blindado por parte del gobierno chino significará una desventaja competitiva para muchas empresas fuera de China, que tendrán un acceso cada vez más difícil a estos metales y en condiciones desventajosas en comparación con sus competidores chinos directos. Si luego añadimos que los sectores involucrados se encuentran entre los más estratégicos, como la electrónica o la defensa o las energías renovables, es inevitable pensar que si Occidente no actúa de inmediato, pronto podría encontrarse en serios problemas.
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