El tifus de Varsovia. Cuando la responsabilidad individual derrotó a la epidemia

En 1941, una epidemia de tifus azotó el gueto de Varsovia. Prevalecieron las medidas adoptadas por los residentes para prevenir la infección.

Nunca se aprende lo suficiente del pasado.

Era enero de 1941, cuando se produjeron los primeros casos de tifus en el ghetto de Varsovia. Los ocupantes nazis habían obligado a la población judía de la ciudad polaca a ocupar un área de 3,4 kilómetros cuadrados, y algunos recién llegados al gueto trajeron una bacteria mortal: el tifus.

En ese momento, 450.000 habitantes se encontraban en el gueto, expuestos a una enfermedad infecciosa que, sin tratamiento, tenía una tasa de mortalidad de hasta el 40%. Además, las condiciones ambientales fueron favorables para la propagación de la bacteria ya que además de la falta de higiene, el frío y el hambre, los internos debían lidiar con una densidad de población hasta 10 veces superior a la de cualquier ciudad de la actualidad.

30.000 muertes por tifus

Como era de esperar, la enfermedad comenzó a destrozar el ghetto de Varsovia: 120.000 personas se infectaron y 30.000 murieron de tifus. A estos se agregaron muchos que murieron de hambre combinada con tifus.

En noviembre del mismo año los nazis, creyendo saber que se produciría el brote, sellaron el gueto de Varsovia. Creían que la llegada del duro invierno conduciría a una explosión de infecciones. Pero sucedió exactamente lo contrario y la epidemia disminuyó hasta desaparecer por completo.

¿Cómo fue esto posible? Hasta ahora, lo que había sucedido estaba envuelto en misterio e incredulidad. Pero un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances arroja luz sobre cómo las personas lograron vencer la enfermedad en el gueto.

La epidemia se detiene

Al estudiar publicaciones y documentos raros recopilados en varios países, un team de investigadores de la Universidad RMIT (Australia) y la Universidad de Tel Aviv (Israel) descubrió que la comunidad del ghetto tomó una variedad de acciones sin las cuales la epidemia habría crecido el doble o el triple.

A pesar de vivir en condiciones de pobreza y dificultad, la gente del gueto de Varsovia se movilizó en masa para detener la propagación del tifus. Aterrorizados por el contacto accidental, practicaron el distanciamiento social. Además, la gente fomentaba la máxima higiene y el autoaislamiento era una práctica habitual.

Numerosos médicos hicieron todo lo posible por mantener informadas a las personas, incluidos cursos de capacitación y conferencias sobre higiene pública y enfermedades infecciosas. Incluso organizaron clases de medicina para jóvenes estudiantes en los subterráneos del gueto.

Finalmente, gracias a los esfuerzos de los médicos y los esfuerzos anti-epidémicos de la comunidad, la epidemia de tifus fue rápidamente sofocada. Según los autores del estudio, habían prevalecido las acciones individuales responsables para reducir la propagación de la bacteria.

¿Podría haber una lección de historia más actual e instructiva en nuestros días que esta?

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