Seguros de vida post COVID-19. Nuevas tendencias y oportunidades

El futuro de los seguros de vida durante la próxima década tiene muchos cambios en la tienda. Esto es lo que sucederá según McKinsey & Company.

Entre los sectores que han recibido un impulso positivo de la pandemia COVID-19 está el de los seguros de vida. No es difícil imaginar por qué…

Por otro lado, a pesar de que la demanda de los clientes está en su punto máximo, la bajada generalizada de los tipos de interés afectó negativamente a todas las acciones del sector de los seguros de vida. Acciones que, en muchos casos, no se habían beneficiado de las subidas de los mercados financieros. ¿Nos dirigimos hacia la muerte de las pólizas de vida por falta de rentabilidad? ¿Qué perspectivas tiene un sector que, sin embargo, juega un papel muy importante en la planificación financiera de muchas personas?

Un sector que se reinventará en los próximos 10 años

McKinsey & Company ha tratado de dar una respuesta, que ha mirado hacia el futuro de los próximos diez años, descubriendo cosas muy interesantes, también desde el punto de vista de quienes están pensando en recurrir a una política de vida en los próximos años.

Como se mencionó, la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de proteger el riesgo de muerte.

Las condiciones del mundo que nos espera no parecen las mejores. Los sistemas de pensiones son cada vez menos generosos y los costos de la atención médica están aumentando. Las tendencias económicas y demográficas tampoco son favorables. La clase media global se está expandiendo rápidamente, con una creciente riqueza financiera y mayores riesgos que administrar. Para el 2030, todos los baby boomers tendrán 65 años o más y se espera que muchos sobrevivan más de lo que pagaron por su jubilación.

La preocupación por la muerte disminuye

Las aseguradoras siempre se han centrado en la protección contra la mortalidad pero, en muchos países del mundo, la preocupación por el riesgo de mortalidad ha disminuido. Durante la próxima década, a medida que aumenta la esperanza de vida y el cambio de los estilos de vida, los seguros de vida podrían cambiar y desempeñar un papel clave en el sector de la salud.

Para 2030, el número de personas de 60 años o más crecerá en más del 50%, de 900 millones en 2015 a 1.400 millones. Además, las enfermedades más estrechamente relacionadas con el estilo de vida, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer de pulmón, representarán el 71% de todas las muertes anuales a nivel mundial. Como resultado, las aseguradoras atraerán a los clientes hacia una vida saludable que aumente la longevidad.

En todo esto, la tecnología jugará un papel decisivo. La proliferación de datos y dispositivos conectados, en particular los dispositivos portátiles, seguirá facilitando que las compañías de seguros desempeñen un papel activo para ayudar a la salud de los clientes. En otras palabras, no será nuestro médico de cabecera quien se encargue de la prevención de la salud, sino nuestra aseguradora.

Paga como vives

Durante la pandemia quedó claro que esta tendencia va en aumento. Por ejemplo, un porcentaje mayor de consumidores está dispuesto a compartir los datos de frecuencia cardíaca recopilados en sus dispositivos de muñeca.

Otra evidencia de esta tendencia se encuentra en Japón, donde algunas compañías de seguros japonesas están definiendo primas de seguros de «paga como vives» con precios dinámicos. Por ejemplo, los clientes que exhiben comportamientos saludables regulares, como hacer ejercicio y asistir a chequeos médicos, son recompensados ​​con primas más bajas.

En uno de los mercados más estáticos y conservadores como el de los seguros de vida, pronto veremos una revolución.

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