Desde la perspectiva occidental, las finanzas islámicas a menudo se consideran una curiosidad folklórica en lugar de un sector en fuerte desarrollo a nivel global, como realmente lo son.
Es cierto que actualmente representa una parte microscópica de las actividades financieras globales, pero con tasas de crecimiento anuales superiores al 10%, se está expandiendo más rápidamente que las finanzas convencionales. Hace apenas 30 años, las finanzas islámicas casi no existian, y sin embargo, hoy es un sector de 3,5 billones de dólares, con cientos de instituciones especializadas en más de 80 países. Los bancos islámicos son de lejos los principales actores en el sector de las finanzas islámicas y representan el 70% del patrimonio total.
Por estas razones escucharemos cada vez más sobre esto…
Prohibición de la usura
Naturalmente, el primer paso es comprender que las finanzas islámicas son una forma de realizar transacciones financieras y bancarias respetando la ley islámica, también llamada Sharia. La regla más famosa de las finanzas islámicas es la prohibición de la usura. En términos económicos, esto significa que al prestamista y a los prestatarios se les prohíbe cobrar o pagar intereses. En otras palabras, los bancos conformes a la Sharia no emiten préstamos basados en intereses.
La pregunta obvia entonces es: ¿cómo ganan dinero los bancos islámicos? La respuesta está en una fórmula bastante sorprendente para nosotros, los occidentales: en lugar de prestar dinero a sus clientes con fines de lucro, compran el producto subyacente (la casa, el automóvil, el refrigerador) y luego lo alquilan o lo venden a plazos al cliente por un precio fijo típicamente superior al del mercado inicial.
El concepto clave de esta fórmula es el compartir el riesgo, ya que los bancos obtienen ganancias de la transacción como recompensa por el riesgo asumido junto con el cliente. En lugar de ganar mediante tasas de interés, los bancos islámicos utilizan el dinero de sus clientes para adquirir bienes como propiedades o negocios y obtienen ganancias cuando el bien se paga con éxito.
Pero hay más…
La ética islámica recompensa
Todas las inversiones, adquisiciones y transacciones de las finanzas islámicas deben reflejar los valores islámicos. Está estrictamente prohibido participar en actividades inmorales (haram) como la producción de alcohol, la cría de cerdos, la fabricación de armas o el juego.
Este enfoque ético hacia los business explica en parte el éxito de los bancos islámicos, especialmente cuando aumenta la desconfianza en el sistema financiero global. En la práctica, las instituciones financieras conformes a la Sharia han demostrado ser efectivas, especialmente en tiempos de crisis.
Dado que la ley islámica considera incorrecto ganar dinero con el dinero, este tipo de bancos tienden a abstenerse de la especulación, evitando instrumentos derivados como futures u options, favoreciendo en cambio asset arraigados en la economía real.
Es por eso que durante la crisis financiera global de 2008, los bancos islámicos se mantuvieron protegidos y no estuvieron involucrados en activos tóxicos, resistiendo mejor al shock.
Si juntamos todo lo dicho, es fácil comprender por qué las finanzas islámicas gozan hoy de una imagen seria, estable y confiable en todo el mundo.
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