Hablando de sanciones contra Rusia, la atención de todos se centra en el petróleo y el gas natural ya que son los dos commodities que más le importan a la Unión Europea.
Para Europa, la cuestión energética es vital y, como muchos han dicho, las consecuencias de renunciar al gas ruso serían muy duras, con daños incalculables. Sin embargo, no debe olvidarse que existe otro problema, quizás aún mayor, considerando que tendrá un impacto a escala global: la seguridad alimentaria.
Medidas urgentes para la seguridad alimentaria
El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han hecho sonar la alarma, llamando a la comunidad mundial a tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad alimentaria a la luz de los acontecimientos en Ucrania.
Las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania tras la pandemia de COVID-19 están exacerbando los problemas económicos del mundo. Mientras tanto, el cambio climático, la creciente inestabilidad y los conflictos en otras partes del mundo continúan causando graves daños a las personas más pobres y vulnerables, especialmente en los países más desafortunados del mundo.
Pero la bomba que ha provocado efectos más dramáticos es la subida de los precios de los alimentos básicos, así como las interrupciones en el suministro de bienes de primera necesidad, sumiendo a millones de personas en la pobreza más extrema.
Naturalmente, se trata de daños que están lejos de los ojos de los ciudadanos occidentales, de poco interés para los mass-media y la opinión pública, pero que tienen un enorme potencial desestabilizador en términos sociales, políticos y económicos.
Sanciones contra los fertilizantes rusos
En tal contexto, las sanciones que la Unión Europea ha impuesto a los fertilizantes de Rusia (prohibición de importar) aparecen con una luz sombría, en un momento en que la escasez de fertilizantes amenaza el suministro mundial de alimentos, que ya está limitado por las interrupciones en el suministro de cereales desde Ucrania y Rusia.
Según las Naciones Unidas, Rusia ocupa el primer lugar en el mundo en exportación de fertilizantes nitrogenados y el segundo en exportación de fertilizantes fosfatados y potásicos.
Europa parece dispuesta a hacer que sus ciudadanos paguen una factura más alta por alimentos y comestibles, con un efecto dominó en el resto del mundo. Pero quien ya vive en la pobreza absoluta, ¿cómo podrá encontrar comida y alimentarse en un contexto de escasez de fertilizantes y alimentos esenciales? Cientos de millones de personas que viven en los países más pobres, ¿qué alternativas tendrán frente a no morirse de hambre?
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