La industria europea tiene por delante años muy duros que llevarán a una desindustrialización descontrolada al menos hasta 2025.
Como señalaron algunos expertos durante la Columbia Global Energy Summit en Nueva York, la disminución del suministro de gas natural de Rusia no será un problema solo para este invierno, sino durante al menos otros dos o tres años.
Este invierno no será el peor
Los flujos de gasoductos rusos, que han satisfecho alrededor de un tercio de la demanda total de gas de la Unión Europea (UE) en 2021, disminuirán en unos 80 mil millones de metros cúbicos en 2022, o alrededor del 20% de la demanda total. Aunque el GNL (Gas Natural Licuado) de Estados Unidos y la producción de gas de Noruega ayudarán a compensar la escasez, Europa tendrá que reducir inmediatamente la demanda de gas en torno a un 10%.
Pero el invierno de este año puede no ser el peor para la UE. De hecho, de momento hemos conseguido atraer muchas cargas de GNL con destino al mercado asiático (pagándolo caro), ya que el invierno pasado en Asia fue templado y porque en China se aplicó la política cero-COVID. Esto último ha frenado la actividad económica y la demanda energética del país, que ha creído conveniente vender los excedentes de gas en condiciones muy ventajosas. Pero no siempre será así…
En dos o tres años sufriremos daños incalculables en el sistema industrial
En teoría, en dos o tres años, Europa podría prescindir del gas ruso. Un objetivo que sería un alarde político de Bruselas hacia Putin. Desafortunadamente, el tiempo entre ahora y entonces causará un daño incalculable a la economía europea.
Según Anne-Sophie Corbeau, investigadora de la Columbia University (Estados Unidos), Europa tendrá que racionar la energía, mientras la crisis del coste de la vida asolará la liquidez de los hogares. Todos los centros industriales europeos sufrirán un proceso de desindustrialización fuera de control a medida que los altos precios del gas obliguen al cierre de las plantas de fertilizantes, zinc, acero y aluminio. Por supuesto, se producirá una profunda recesión.
Enfrentaremos las consecuencias de la guerra entre Bruselas y Moscú durante muchas décadas
Muchas personas entienden que pueden tener problemas para calentar sus casas o blackout recurrentes durante este invierno, pero no entienden del todo las consecuencias a largo plazo de la guerra entre Bruselas y Moscú, que tendrá efectos económicos desastrosos que caerán sobre las generaciones futuras.
Llevó décadas desarrollar todos los suministros energéticos entre Rusia y Europa, entre un país rico en recursos naturales de bajo costo y uno con uno de los sistemas industrializados más importantes del mundo. A lo largo de este tiempo se han ido creando relaciones bilaterales y contratos a largo plazo basados en la confianza mutua cliente-proveedor. Con los acontecimientos de los últimos meses estamos tirando todo a la basura y será imposible restaurarlo, incluso cuando haya un cambio de régimen en Moscú y Bruselas.
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