El último informe del Banco Mundial lanza una advertencia para la economía global: una sobreabundancia de petróleo podría hacer que los precios bajen por debajo de los 60 dólares por barril en los próximos años. Estas previsiones generan grandes preocupaciones para algunos, esperanzas para otros, pero claramente anuncian transformaciones significativas e incertidumbres para los mercados energéticos y las economías de todo el mundo.
Los factores que conducirán a este surplus son numerosos. Entre ellos se encuentran la estancación económica en China, el aumento en las ventas de vehículos eléctricos, el creciente uso de gas natural para el transporte y una persistente sobreproducción por parte de los países de la OPEP+, que actualmente están introduciendo en el mercado 7 millones de barriles de petróleo excedentes al día. Según el Banco Mundial, esta situación recuerda lo ocurrido en 1998 y en 2020.
Beneficios para los consumidores de países desarrollados
Para los consumidores de las economías avanzadas, esta sobreabundancia de petróleo podría traducirse en un alivio en los precios de la energía y los alimentos, lo que impactará positivamente en los presupuestos familiares. Se prevé una reducción del 10% en los precios de las materias primas para 2026, lo que debería disminuir el costo de vida, especialmente en regiones que aún enfrentan los efectos de la inflación post-pandémica.
Sin embargo, a pesar de estas perspectivas positivas para los países desarrollados, las repercusiones de precios más bajos del petróleo podrían desestabilizar la economía global. Aunque la caída en los precios de las materias primas podría mitigar el impacto de los choques geopolíticos, no resolverá los graves problemas de inseguridad alimentaria en los países en desarrollo. En estas regiones, los precios de los alimentos continúan aumentando a ritmos mucho más elevados que en las economías avanzadas, dejando a millones de personas en situaciones de vulnerabilidad. Según estimaciones del Banco Mundial, más de 725 millones de personas en el mundo sufrirán inseguridad alimentaria para finales de 2024.
Un gran desafío para las multinacionales petroleras
Para las grandes compañías petroleras, el inminente surplus de oferta representa un desafío sin precedentes. La volatilidad de los precios y la reducción de la demanda amenazan los ingresos y el modelo de business de algunas de las principales supermajor mundiales, que ya enfrentan la necesidad de adaptarse a un futuro con bajas emisiones de carbono.
Algunas empresas petroleras, según reporta Reuters, ya han comenzado a diversificar sus portafolios, apostando por energías renovables y gas natural para reducir su dependencia de los ingresos derivados del petróleo. Sin embargo, estos esfuerzos podrían no ser suficientes para contrarrestar la ola de cambios económicos y ambientales que está redefiniendo rápidamente el sector energético global.
El equilibrio entre oferta, demanda y riesgos geopolíticos
Un factor clave en todo esto es el papel de los conflictos geopolíticos. El Banco Mundial señala que una sobreabundancia de petróleo podría aliviar las presiones sobre los precios a pesar de los conflictos en curso en Oriente Medio, que tradicionalmente han desestabilizado los mercados de materias primas. Sin embargo, queda por ver si este efecto moderador será suficiente para equilibrar las tensiones, especialmente en un contexto de crecientes incertidumbres y rivalidades entre los principales productores mundiales.
La era de sobreabundancia petrolera que se avecina podría redibujar el panorama de la economía global, ofreciendo ventajas a los consumidores de países desarrollados, pero creando serias dificultades para los países en desarrollo y los gigantes del sector petrolero.
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