La sucia y incómoda verdad sobre los paneles solares

A pesar de estar diseñados para sobrevivir durante muchos años, todos los paneles solares, como la mayoría de las cosas, tarde o temprano pierden su utilidad.

Los símbolos de la energía verde, del sol sonriente y del green en general, son objetos físicos que se deterioran y se vuelven obsoletos. Los paneles solares, aunque están diseñados para durar muchos años, tarde o temprano pierden su utilidad y alguien tiene que desecharlos.

Plomo, cadmio, vidrio, aluminio y silicio son los materiales de los que están hechos los paneles solares. Arrojados en los vertederos, estos elementos representan una amenaza para el medio ambiente, tanto mayor cuanto mayor sea la cantidad de material desechado.

La realidad es más compleja de lo que las leyes quisieran

Por estas razones, los políticos de muchos países han pensado en leyes y normas relacionadas con la eliminación adecuada de los paneles solares. Por ejemplo, la Directiva de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) de la Unión Europea establece pautas precisas para la recolección, gestión, reciclaje y recuperación de paneles solares. También en los Estados Unidos existe algo similar, la Resource Conservation and Recovery Act (RCRA), que regula la gestión y eliminación de muchos residuos peligrosos, incluidos algunos tipos de paneles solares.

Desafortunadamente, aunque gran parte de la clase política existente tiene dificultades para aceptarlo, la realidad es más compleja de lo que las leyes quisieran. En el caso de los paneles solares, a pesar de las leyes y regulaciones, los datos indican que solo el 10% de los paneles desechados en la Unión Europea (y aún menos en los Estados Unidos) se reciclan. Todo esto sucede mientras que la legislación de la UE exige que los fabricantes de paneles solares recuperen al menos el 80% de la masa de cada panel.

Para empeorar las cosas, los esfuerzos para reciclar los paneles solares aún están en sus primeras etapas y es posible que no haya avances significativos antes de que el daño al medio ambiente se vuelva irreversible.

Como muchos medios de comunicación han advertido durante mucho tiempo, un gran número de propietarios de paneles solares podrían desecharlos como basura sólida una vez que dejen de funcionar. Según las estimaciones de la International Renewable Energy Agency (IRENA), para 2050 el mundo podría enfrentarse a 78 millones de toneladas de residuos derivados solo de paneles solares.

¿Dónde encontramos todo el espacio necesario para la energía eólica y solar?

Todas estas evidencias ponen bajo una nueva luz la sostenibilidad de la ideología verde, que también incluye la preocupación por la falta de tierras disponibles para proyectos de energía eólica y solar. De hecho, uno de los mayores obstáculos para la difusión de estas tecnologías es la necesidad de vastas extensiones de tierra para su despliegue. La preocupación principal es que otros usos del suelo, como la agricultura, puedan competir con la necesidad de tierras.

De hecho, la escasez de tierras adecuadas en áreas densamente pobladas sigue siendo un grave obstáculo para el desarrollo de la energía solar y eólica. Aunque los partidarios de la energía verde esperan que el avance de la tecnología permita integrar paneles solares en ríos y lagos, así como en estructuras existentes (edificios, redes de transporte, etc.), sigue siendo cierto que siempre habrá necesidad de hardware que dejará de funcionar después de cierto número de años y que alguien tendrá que desecharlo.

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