Crece la preocupación por el suministro de uranio en Occidente. La semana pasada, Rusia decidió imponer restricciones temporales a las exportaciones de uranio enriquecido hacia Estados Unidos.
Esta medida llega después de que el gobierno estadounidense prohibiera en agosto las importaciones de uranio ruso. Sin embargo, esa prohibición incluía una serie de exenciones que buscaban garantizar el suministro y evitar interrupciones. Aunque se trataba de un gesto político para mostrar firmeza ante Moscú, en la práctica dejaba margen para continuar importando este material crítico.
Rusia provee el 27% del uranio enriquecido para reactores estadounidenses
La decisión rusa de restringir las exportaciones complica significativamente el panorama. Según la US Energy Information Administration, Rusia suministró el 27% del uranio enriquecido utilizado en los reactores nucleares estadounidenses en 2023. A nivel global, Rusia controla aproximadamente el 44% de la capacidad de enriquecimiento de uranio.
Vladimir Putin ya había advertido que Rusia estaba considerando limitar las exportaciones de uranio, titanio y níquel en respuesta a las sanciones occidentales.
Para dimensionar el problema, Urenco, una empresa operada por un consorcio que gestiona la única planta de enriquecimiento en EE. UU. (ubicada en Nuevo México), apenas cubre un tercio de la demanda nacional de uranio enriquecido. El gobierno estadounidense está intentando reconstruir su capacidad de enriquecimiento mediante un plan multimillonario, pero los avances son lentos.
Impactos significativos a partir de 2025
El uranio, como es evidente, es estratégico para un país como Estados Unidos, que planea triplicar su capacidad nuclear para 2050 con la meta de agregar 200 gigavatios de nueva energía nuclear mediante la construcción de reactores, la reactivación y la modernización de plantas existentes.
En el corto plazo, las nuevas restricciones rusas no tendrían un impacto demasiado grave, ya que las empresas suelen asegurar su suministro de uranio con años de antelación. Sin embargo, según analistas, si las limitaciones persisten, a partir de 2025 las consecuencias podrían ser significativas.
Las acciones de productores de uranio se disparan
Tras difundirse la noticia, los precios de las acciones de las empresas productoras de uranio se dispararon. La semana pasada, las acciones de Cameco subieron hasta un 6,5% en la Toronto Stock (hoy, 19 de noviembre, cotizan a 57,60 dólares en el NYSE, cerca de máximos históricos).
Mientras tanto, las acciones de Centrus Energy, el mayor comercializador estadounidense de uranio enriquecido ruso, cayeron casi un 9%. Centrus es una de las compañías que recibió una exención de la administración Biden para continuar importando uranio ruso a pesar de la prohibición estadounidense.
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