¿Qué es una economía de guerra? Manual de lo que nos puede esperar

Si bien Europa parece estar corriendo hacia la guerra, esta es la economía para la que debemos prepararnos si no se rompe la espiral del odio.

En Europa suenan los tambores de guerra y cada vez más gente piensa que es imprescindible tomar partido con las armas o con Ucrania o con Rusia. Mientras tanto, las perspectivas económicas, pero no solo, se están volviendo cada vez más sombrías.

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España también tomó partido contra Rusia y, tras el envío de armas a los combatientes ucranianos, el próximo paso que cada vez empieza a parecer más probable, si no se rompe esta enloquecida cadena de odio, será el conflicto armado. En este caso, todos seremos arrastrados a lo que se llama una economía de guerra. Pero, ¿qué es una economía de guerra?

Desde un punto de vista teórico, la economía de guerra es la organización de la capacidad de producción y distribución de un país durante un período de conflicto. En la práctica, es la prisa de los gobiernos por asegurar que los cimientos de la economía de un país puedan seguir funcionando, especialmente cuando se trata de alimentos, energía y seguridad. En una economía de guerra, los gobiernos deben elegir cómo asignar los recursos de su país, con el objetivo final de lograr la victoria militar. La palabra clave pasa a ser ahorrar en todo para gastar más en armamento.

El gran salto de Alemania de 100.000 millones de euros

La guerra enfoca la mente de las personas en lo que es esencial. Las preguntas sobre presupuestos estatales equilibrados, restricciones de salud y regulaciones económicas del mercado pasan a un segundo plano. El ejemplo más llamativo de este cambio que se está produciendo en Europa fue el discurso del 27 de febrero del ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner.

Uno de los más acérrimos defensores del freno de la deuda estatal de un Estado como Alemania, hasta ahora siempre opuesto a las armas y los conflictos, ha sostenido un incremento del gasto militar de 100.000 millones de euros anuales. Una cifra enorme, que triplica el budget militar alemán y que situará al país inmediatamente después de Estados Unidos en cuanto a gasto militar.

Tasas e impuestos que se convierten en armas

Volviendo en cambio a la economía de guerra, los gobiernos pueden tomar varias medidas para priorizar el gasto en defensa y seguridad nacional. Uno de estos es el racionamiento, con el que el gobierno controla la distribución de bienes y servicios, así como la asignación de recursos.

Otra cosa cierta cuando pasamos a una economía de guerra es el destino de los impuestos y tasas que pagamos. De hecho, generalmente terminan en gran parte en gastos militares.

Algunos argumentan que las economías de guerra suelen ser los motores de muchos avances industriales, tecnológicos y científicos debido a la presión que generan para crear nuevos productos a menor costo. Sin embargo, esta tesis nunca ha sido probada, y algunos economistas argumentan que es precisamente la naturaleza derrochadora del gasto militar lo que en última instancia obstaculiza el progreso tecnológico y económico.

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