El uranio podría agotarse antes de 2080. Alerta de las agencias internacionales

La carrera global hacia la energía nuclear, impulsada por la transición energética y el crecimiento de la inteligencia artificial, podría llevar al agotamiento de las reservas de uranio antes del 2080 si no se realizan nuevas inversiones en exploración y producción.

El uranio, elemento clave para la generación de energía nuclear, podría agotarse antes de finales de siglo si no se llevan a cabo inversiones masivas en exploración y extracción. Esta es la advertencia lanzada por la Nuclear Energy Agency (NEA) y el International Atomic Energy Agency (OIEA) en su último informe bienal Uranium – Resources, Production and Demand 2024 (Red Book).

Según el informe, la creciente demanda de energía nuclear, impulsada por la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles y por el voraz consumo energético de los data center vinculados a la inteligencia artificial, está disparando la demanda de uranio. Si la tendencia actual continúa, las reservas conocidas del mineral podrían resultar insuficientes ya a partir de la década de 2080.

El uranio existe, pero se necesita inversión


El Red Book no deja lugar a dudas: los recursos existentes de uranio son teóricamente suficientes para sostener un escenario de “alto crecimiento” al menos hasta 2050 y más allá. Sin embargo, para que estos recursos puedan ser realmente aprovechados, será necesario aumentar significativamente las inversiones en exploración geológica, nuevas minas y tecnologías de procesamiento del mineral.

Un escenario optimista, basado en datos y políticas disponibles a principios de 2023, prevé un aumento del 130% en la capacidad nuclear global para 2050 respecto a los niveles de 2022. Pero esta estimación ya podría haber quedado superada por los últimos desarrollos: el interés por la energía nuclear está resurgiendo con fuerza, tanto por parte de los gobiernos como de los grandes grupos privados.

Asia oriental lidera la carrera


Entre las regiones geográficas, Asia oriental se perfila como la protagonista de esta nueva era nuclear, con un posible crecimiento de la capacidad nuclear de hasta el 220% respecto a los 111 gigavatios registrados a finales de 2022.

Mientras tanto, más de 20 países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y muchos otros han firmado un compromiso para triplicar la capacidad nuclear global antes de mediados de siglo, considerándola fundamental para alcanzar los objetivos de neutralidad climática.

El papel (y las incógnitas) de Irán


Entre los productores de uranio, destaca Irán, que según el informe tiene el potencial de cuadruplicar su producción, alcanzando las 71 toneladas ya durante 2024. Además de la planta operativa en Ardakan, en la provincia de Yazd, se están estudiando nuevos proyectos como el de Narigan.

Teherán lleva tiempo reiterando que sus actividades de enriquecimiento de uranio tienen fines pacíficos. Sin embargo, el Institute for Science and International Security de Estados Unidos ha señalado recientemente que las reservas iraníes serían teóricamente suficientes para sostener un programa nuclear militar, pero no serían adecuadas para alimentar a largo plazo los reactores civiles en construcción.

El sector privado apuesta por la energía nuclear


Acentuando aún más la carrera por el uranio está la decidida entrada de los gigantes del sector tecnológico. Empresas como Google, Amazon y Meta están invirtiendo en energía nuclear para alimentar los data center de nueva generación, que requieren enormes cantidades de energía para sustentar el desarrollo de la inteligencia artificial.

Según la International Energy Agency, la energía nuclear ha entrado oficialmente en una “nueva era”: el interés por esta fuente energética no era tan alto desde las crisis del petróleo de los años 70. Así lo confirman también las cifras: entre 2020 y 2023, las inversiones anuales en el sector nuclear crecieron casi un 50%.

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