En un año en el que la atención de todos estaba en el impacto de la pandemia de coronavirus, el interés en los metales de las baterías, incluido el litio, ha aumentado. Además, los gobiernos continuaron promoviendo programas para avanzar hacia una sociedad verde, con vehículos eléctricos (EV) en el centro de cada plan.
Tendencias en 2020
En los últimos años, las minas de litio han luchado por encontrar formas de sobrevivir en condiciones de mercado muy difíciles. Para lograrlo, redujeron la producción y recortaron costos. Pero, a finales de 2019, el sector mostró signos de recuperación, con una mejora también en las bolsas de valores de las sociedades cotizadas.
Por lo tanto, muchos esperaban que los precios del litio se estabilizaran o subieran durante 2020, pero esto no sucedió hasta finales de año. Obviamente, COVID-19 contribuyó negativamente.
Los primeros tres meses del año resultaron en una desaceleración en la demanda de litio en China, el mayor actor del sector. Además, han provocado una fuerte caída en la producción y las ventas de vehículos eléctricos como resultado de los cierres de producción para contener la pandemia por parte de los fabricantes de automóviles. En este difícil entorno, el principal objetivo de los productores de litio ha sido frenar la propagación del virus, así como intentar mantener presupuestos saludables para sobrevivir.
Pero, con la segunda mitad del año, la demanda de vehículos eléctricos en Europa ha crecido y la recuperación económica en China ha dejado a todos asombrados. Si bien los precios han mantenido una tendencia a la baja, el interés por el litio ha aumentado.
A pesar de los precios más bajos del litio, muchas acciones de empresas de la industria subieron gracias a la demanda anticipada de vehículos eléctricos y dispositivos de almacenamiento de energía.
Previsión para 2021
Es casi superfluo subrayar que los expertos prevén un futuro brillante para el litio, también debido a la voluntad de muchos gobiernos que empujan hacia una movilidad hecha de vehículos eléctricos.
Aunque los productores de litio se mantienen optimistas. La chilena SQM espera que el mercado se expanda un 20% anual, alcanzando entre 800.000 y 1 millón de toneladas para 2025.
SQM, que ha visto aumentar sus ventas de manera constante en 2020 a pesar de la pandemia, tiene un plan de inversión de cuatro años de 1,9 mil millones dólares en marcha. La empresa apunta a más del doble de su capacidad para producir carbonato de litio.
Su rival, Albemarle, con sede en Estados Unidos, espera que los precios del litio para 2021 disminuyan ligeramente.
Otro actor importante del mercado, Livent, con sede en EE.UU., continúa esperando un crecimiento significativo en la demanda de vehículos eléctricos. A pesar de las interrupciones en las cadenas de suministro globales debido a COVID-19, la demanda de compuestos de litio se acelerará en 2021.
Por último, Australian Lake Resources también espera un mercado de litio en crecimiento en 2021. De hecho, la Unión Europea y los Estados Unidos han legislado y continúan haciéndolo, para un cambio de los automóviles con motor de combustión interna a los eléctricos. Existe la necesidad de grandes cantidades de metales para baterías, con el litio a la vanguardia.
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