Seguramente ya ha oído hablar de las baterías de laptop o smartphone que de repente explotan y se incendian, especialmente en lugares cerrados como aviones u oficinas.
Este no es un problema pequeño, pero es poco probable que cause daños graves a las personas, ya que se trata de baterías pequeñas. Pero, en el caso de las baterías de los coches eléctricos, la situación cambia. De hecho, parece que los coches también se ven afectados por este problema, pero con consecuencias potencialmente dramáticas, tanto económicas como para la seguridad de las personas.
Es una noticia reciente que General Motors (GM) retirará del mercado todos los vehículos eléctricos Chevy Bolt de 2017 a 2022 para el reemplazo de la batería, ya que los suministrados por LG pueden tener no uno, sino dos defectos graves, lo que genera un riesgo de incendio. El anuncio del fabricante de automóviles hizo que las acciones de LG cayeran en picado un 10%. GM y LG tendrán que crear nuevos módulos para reemplazar los antiguos. Este retiro afecta a 9.335 modelos de 2019, además de 63.683 modelos de 2020 a 2022.
Las baterías de litio son inestables
La inestabilidad de las baterías de litio en determinadas circunstancias es un problema grave, que los fabricantes solo han logrado mitigar pero no eliminar.
El problema se muestra en toda su gravedad en el incendio en una de las mayores instalaciones de baterías de Tesla en el mundo, en Moorabool en Australia. El fuego tardó tres días en apagarse. Según el Financial Times, el incendio comenzó durante un test en un container que contenía una batería de iones de litio de 13 toneladas y se extendió a un segundo paquete de baterías.
Solo en 2018 ocurrieron un total de 38 grandes incendios de baterías de iones de litio, algunos de los cuales resultaron en muertes y lesiones graves.
Toda tecnología conlleva riesgos, especialmente en el sector energético
Todas las tecnologías de generación de energía implican riesgos. El petróleo y el gas natural son muy inflamables. La energía nuclear es radiactiva. El carbón también presenta serios riesgos a largo plazo de daño ambiental que afectan la salud pulmonar de las personas, con cientos de miles, posiblemente millones, de muertes a lo largo de los años.
Lo mismo ocurre con las baterías de iones de litio, cuya inestabilidad térmica puede provocar un aumento de temperatura y la liberación de oxígeno, condiciones ideales para encender y dificultar cualquier intento de apagar el fuego.
Con el tiempo, es probable que se desarrollen baterías más seguras con diferentes materiales y componentes. Por el momento, el riesgo de explosión e incendio es inherente a esta tecnología y las preocupaciones al respecto, cuanto más grandes y más potentes son las baterías, están plenamente justificadas.
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