2 gigantes peligrosos: las cuencas de contención y los ignorantes

Las cuencas de contención se encuentran entre las estructuras más grandes y peligrosas jamás diseñadas por la humanidad. Sin embargo, pocos saben cómo funcionan y qué riesgos enfrentan las poblaciones cercanas.

¿Alguien se ha preguntado alguna vez cuáles son las infraestructuras más peligrosas que jamás haya construido el hombre? ¿Reactores nucleares? Puentes? Galerías? Rascacielos? Ciertamente nadie pensaría en cuencas de contención, también porque muchos ni siquiera saben lo que son.

Sin embargo, estos gigantes diseminados por todo el mundo, constituyen un peligro concreto que se ignora por completo. Un desconocimiento que favorece una gestión irresponsable y un mal mantenimiento.

De Brasil a China, pasando por Italia

A las 12:28 del 25 de enero de 2019, los trabajadores de la mina de hierro Brumadinho, en la provincia de Minas Gerais (Brasil), se encontraban en su pausa para el almuerzo. En ese momento se pulverizó la presa de la cuenca de contención. Con 90 metros de altura, la presa liberó 12 millones de metros cúbicos de agua y desechos del procesamiento de minerales que, en pocos segundos, sumergieron todo en un radio de 7 kilómetros. El número de muertos fue dramático: 270 muertos.

Incluso el 19 de julio de 1985 parecía un día como cualquier otro para quienes vivían en Val di Stava (Trentino). Pero, a las 12:22 pm, las orillas artificiales de una primera cuenca de sedimentación cedieron y dejaron salir una corriente de desechos mineros de fluorita que se vertieron en una segunda cuenca, ubicada un poco más aguas abajo. El agua mezclada con el material de los terraplenes desmoronados formó un flujo fangoso de alta capacidad destructiva. Así fue como se destruyeron los centros habitados de Val di Stava donde murieron 268 personas.

Un accidente aún peor ocurrió en Bulgaria en 1966, cuando los desechos mineros envolvieron la ciudad de Zgorigradmatando a 488 personas. En 2008, se derrumbó una presa de contención en la mina de hierro de Taoshi (China), matando al menos a 250 personas. La lista de otros incidentes recientes de este tipo es larga e involucra a países como ChinaBrasilFilipinasMyanmarCanadáRumania y Hungría.

2.900 muertes solo en el último siglo

El colapso de los estanques de sedimentación mató al menos a 2.900 personas en el último siglo, con daños ambientales debido a la contaminación del suelo y el agua que ha durado generaciones.

Además, estas experiencias dramáticas nos han enseñado que estos no son desastres naturales, sino algo provocado por el hombre, que podría haberse predicho y evitado. La mala gestión del territorio, el olvido y los avisos desatendidos son el denominador común de estos desastres, cada vez más frecuentes con el paso de los años.

Cuencas de contención, estos extraños

Hasta cien metros de altura, y a menudo kilómetros de largo, las presas que encierran las cuencas de contención se encuentran entre las más grandes jamás construidas por el hombre y también entre las más peligrosas. Sin embargo, su funcionamiento, si no su propia existencia, es prácticamente desconocido para cualquiera que no viva cerca.

Estas represas están vinculadas al sector minero, cuyas actividades de extracción no pueden prescindir de agua. De hecho, el material extraído se reduce a una pulpa y luego se sumerge en agua, dentro de depósitos encerrados por presas de tierra. En este punto, con tecnologías mecánicas y químicas, los metales y minerales con algún valor económico se separan del material de desecho que termina en la cuenca de contención o decantación. Con el tiempo, la cuenca se llena y se hace necesario construir una nueva presa aguas arriba de la presa anterior.

Estas represas río arriba son las más extendidas y también las más peligrosas. Nacen como estructuras temporales pero a menudo se utilizan durante décadas y su número crece a un ritmo que depende del mercado del mineral extraído. Según estimaciones, en todo el mundo hay 30.000 de estas instalaciones, 12.000 de las cuales se encuentran en China.

Mientras que en otros sectores se habla de sostenibilidad y economía circular, en 2010 los residuos anuales que terminaron en las cuencas mineras alcanzaron los 14 mil millones de toneladas, un record nunca antes alcanzado.

La lógica perversa de los desastres

Detrás de los desastres ocurridos hasta la fecha suele haber una larga cadena de negligencia, fomentada por una lógica del lucro antes que la seguridad. Teniendo en cuenta que muchas actividades mineras tienen lugar en áreas remotas del mundo, a menudo pobres o habitadas por minorías y donde el trabajo de muchos depende de las minas, entendemos la poca atención culpable que puede haber hacia el medio ambiente y la seguridad de las poblaciones locales.

El mundo entero siempre tiene los ojos puestos en los metales y minerales, especialmente cuando hay que invertir y ganar, pero nadie se da cuenta del enorme problema de los relaves y de cómo gestionarlos de forma segura. Claramente, son una molestia para esconderse debajo de la alfombra (en cuencas de contención) pero que se convierten cada vez más en desastres ambientales con consecuencias a menudo incalculables. ¿Es demasiado pedir que la gente al menos es consciente de ello?

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