A quien le gusta escuchar historias de otros tiempos, la de Salvatore Ferragamo tiene todas las características para sorprender a las nuevas generaciones, a quienes les cuesta imaginar cómo un avellinese (era de Bonito) que quería ser zapatero logró crear una marca de moda que actualmente vale 3 mil millones de dólares.
Salvatore era el undécimo hijo de una familia de catorce hermanos y, desde niño, quiso ser zapatero. Los padres trabajaban en el campo para ganarse la vida y luchaban por tener dinero hasta para comprar zapatos, tanto que, para la Primera Comunión de su hermana, fue Salvatore (tenía solo 9 años) quien le hizo los zapatos a su hermana.
El zapatero de Sophia Loren y Marilyn Monroe
Después de estudiar zapatería, Ferragamo se mudó a América (era 1914) donde creó su marca. El zapatero napolitano gana notoriedad tras crear calzado para varias producciones de Hollywood. Rápidamente se hizo conocido como el zapatero de Hollywood habiendo vestido los pies de celebridades como Sophia Loren, Audrey Hepburn, Marilyn Monroe, además de crear el icónico calzado color rubí usado por Judy Garland en la película El Mago de Oz.
En 1926 se le concedió la ciudadanía americana, mientras continuaba creando zapatos para una clientela adinerada, a la que garantizaba una calidad de producto impecable trasladando la producción a Florencia, donde él mismo, en 1927 y tras trece años de actividad en los Estados Unidos se traslada. En esos años fue creado el primer cartel publicitario de Ferragamo por el pintor futurista Lucio Venna.
Pero solo al final de la Segunda Guerra Mundial la marca se internacionalizó, con la apertura de su primera tienda en New York y con colaboraciones con Elsa Schiaparelli, Christian Dior y Elda Cecchele.
En 1960, Salvatore Ferragamo murió y su esposa y seis hijos se hicieron cargo de la empresa que se expandió a nivel mundial a importantes países y regiones, incluidos Japón, China, India, México y Medio Oriente. En 2011, la marca se cotizó oficialmente en la Bolsa de Valores de Milán.
La cuña de corcho, un culto a la moda
En la historia de la moda quedarán para siempre el zapato más popular que se ha convertido en un cult en todo el mundo: la cuña de corcho, resistente y a la vez muy ligera. Ferragamo lo creó en Italia en los años 30 y fue una auténtica revolución.
Fue diseñado para satisfacer necesidades prácticas, como reemplazar la placa de acero colocada en el interior del zapato. La idea maduró durante el período del fascismo, cuando la política autárquica del régimen apuntaba a la producción interna, consolidando también efectivamente la moda italiana de la época.
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