En los últimos cinco meses, Rusia ha ampliado progresivamente su control sobre vastos territorios ricos en carbón, litio, hierro y uranio en el Donbás. A pesar de ello, los leader occidentales siguen creyendo que estos recursos podrán ser explotados para pagar la inmensa deuda acumulada por Ucrania, una perspectiva que se vuelve cada vez más irreal y peligrosa.
Hacia el sur, para conquistar carbón, litio y uranio
Las tropas rusas conquistaron Vuhledar el 1 de octubre, una ciudad cuyo nombre significa “Don de Carbón” y que alberga importantes reservas minerales. Desde allí, la expansión avanzó rápidamente hacia el sur. El cerco de Velyka Novosilka puso en peligro una de las tres principales áreas de extracción de litio, situada en Shevchenko. Mientras tanto, otra localidad con el mismo nombre vio cómo una mina de uranio caía en manos rusas.
La toma de Pishchane y sus plantas de coque, así como de Udachne y Kotlyne, golpeó duramente al sector siderúrgico ucraniano, que ahora corre el riesgo de reducir su producción al 10% de los niveles anteriores a la guerra.
Con la elección de Donald Trump en Estados Unidos y la posibilidad de un alto el fuego forzado, Rusia ha acelerado su ofensiva. Actualmente, sus fuerzas están a las puertas de Toretsk, una de las últimas fortalezas ucranianas en la región carbonífera del Donbás.
Había una vez la floreciente industria minera de Ucrania
El sector extractivo representaba más de un tercio de las exportaciones de Ucrania, con la agricultura en segundo lugar. Hoy, este panorama se ha invertido: la agricultura ha pasado a ser el principal sector exportador, mientras que la minería se desmorona bajo el peso de la guerra.
La pérdida progresiva de carbón, uranio y litio está minando la estabilidad económica del país. La agencia de calificación Fitch prevé un deficit por cuenta corriente del 6,5% del PIB en 2024 y del 5,7% en 2025. Con una deuda pública ya al 100% del PIB y sin acceso a los mercados internacionales de crédito debido a su calificación de “basura”, Ucrania depende casi por completo de ayudas y préstamos extranjeros.
Sin embargo, gran parte de la deuda se financia a través del mercado de bonos interno, dominado por bancos estatales. En la práctica, el país está endeudándose consigo mismo. Aunque el Banco Central de Ucrania asegura que no será necesario imprimir dinero en 2025, si esto llegara a ocurrir, el riesgo de hiperinflación y el colapso de la hryvnia serían reales, haciendo insostenible la deuda y obligando a los gobiernos occidentales a un rescate financiero.
El espejismo de los minerales como garantía de la deuda
A pesar de esta situación, algunos políticos occidentales siguen viendo en los recursos minerales ucranianos la clave para saldar la deuda. El senador estadounidense Lindsey Graham ha afirmado en repetidas ocasiones que Ucrania podría pagar los préstamos de Estados Unidos con sus minerales. Este argumento fue utilizado para desbloquear los 61.000 millones de dólares en ayudas estadounidenses aprobados en marzo de 2024, de los cuales solo 9.000 millones fueron donaciones no reembolsables.
La idea se consolidó aún más con el préstamo extraordinario de 50.000 millones de dólares del G7, acordado en junio de 2024. En octubre de 2024, el “plan para la victoria” del presidente ucraniano Zelensky oficializó la cesión de recursos ucranianos como garantía para nuevos préstamos.
Pocos días antes de la investidura de Trump, el primer ministro británico Keir Starmer firmó un “acuerdo de asociación centenario” con Ucrania, que otorga al Reino Unido acceso prioritario a los recursos minerales ucranianos y a la producción de acero verde.
Las riquezas naturales ucranianas: un tesoro en disputa
Según Forbes Ucrania, el valor total de los minerales del país asciende a 14,8 billones de dólares. Sin embargo, más de la mitad de estas riquezas se encuentran en las cuatro regiones orientales ahora bajo control ruso, y Moscú sigue ganando terreno día tras día. El expresidente ruso Dmitry Medvedev ironizó sobre la estrategia occidental en Telegram, afirmando que los leader están empujando a Ucrania a luchar hasta el último hombre para pagar su deuda.
Mientras los leader europeos insisten en que Kiev continúe el conflicto, alegando que los recursos minerales garantizarán la estabilidad financiera del país, Rusia sigue avanzando, y este plan se parece cada vez más a una roulette rusa con el tambor lleno.
Con la expectativa de que Trump intervenga para poner fin a esta situación, queda por ver si será suficiente para evitar el colapso económico de Ucrania y su impacto en Europa y Estados Unidos.
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