De alguna manera, todos los metales son especiales y cada uno de ellos tiene características fascinantes y únicas. Pero el rodio es realmente especial, tan raro como totalmente reacio a reaccionar.
Si esto no le ha intrigado todavía porque la química no es su trabajo, no se olvide del rodio la próxima vez que mastique chewing gum, ya que probablemente tendrá un resultado de catálisis de rodio en la boca: el mentol. De hecho, el mentol, originalmente extraído de diferentes especies de plantas de menta, se produce actualmente en varios miles de toneladas al año gracias a un proceso concebido por el premio Nobel japonés Ryoji Noyori, en el que el rodio actúa como catalizador.
Ladrones de catalizador
Pero incluso si no mastica chewing gum, ciertamente ya ha entrado en contacto con este metal gracias a su capacidad para catalizar la descomposición de moléculas en los gases de escape de los automóviles. Y si eres un mecánico profesional o un ladrón, un catalizador, la pieza de un vehículo que contiene rodio, seguro que lo habrás montado o desmontado. Sí, incluso los ladrones desmontan convertidores catalíticos para revenderlos, ya que son de fácil acceso y contienen metales nobles como el rodio, pero también platino y paladio. El reciclaje de catalizadores permite recuperar el 10% del suministro anual de rodio.
Al ser elementos raros, sus precios son altísimos, con el rodio superando a todo el mundo. Para tener una primera idea de su rareza, piense que la producción anual en todo el mundo se cuenta en kilogramos y no en toneladas. En el caso del rodio, alrededor de 20.000 kilogramos son la producción total de un año, procedente únicamente de las minas de Sudáfrica.
Primero el contrabando, luego el descubrimiento
Como se dijo inicialmente, el rodio es uno de los metales menos reactivos de la tabla periódica. Reacciona solo con el famoso agua regia (ácido nítrico concentrado y ácido clorhídrico), el que utilizan los alquimistas para disolver el oro. Precisamente el procedimiento que utilizó el científico inglés William Hyde Wollaston cuando aisló por primera vez el rodio. Lo hizo a partir de una muestra de mineral de platino, introducido de contrabando en Gran Bretaña desde la actual Colombia y comprado por Wollaston y su amigo y colega Smithson Tennant en la víspera de Navidad del año 1800.
Gracias a esta muestra de mineral, cuya solución rosada de cloruro de rodio determinó el nombre del metal (de la palabra griega rosa), Wollaston aisló paladio por primera vez, mientras que Tennant descubrió otros dos metales de transición: osmio e iridio.
Un ramo de rosas en el tubo de escape
Volviendo al rodio utilizado en los convertidores catalíticos, su función es descomponer los óxidos de nitrógeno, las llamadas emisiones de NOX, para dar oxígeno y nitrógeno gaseoso, los principales componentes del aire que respiramos. Casi se podría decir, en sentido figurado, que usar este metal en automóviles es como poner un ramo de rosas en el tubo de escape.
Pero para los viejos químicos, el rodio también significa ácido acético, uno de los químicos más antiguos de la humanidad. Hasta hace poco, el rodio era de hecho el catalizador para la producción de ácido acético que, en todo el mundo, se produce en grandes cantidades: alrededor de 5 millones de toneladas por año. Sin embargo, hasta la fecha, el rodio ya no se usa, sino su vecino en la tabla periódica, el iridio.
¿Cuánto vale el rodio? Mucho, mucho más que oro
Y si, como siempre pasa cuando alguien ya ha oído hablar del rodio, tú también estás de los que se preguntan cuánto cuesta y cómo comprarlo como forma de inversión, no te decepcionará saber que el rodio vale mucho, pero mucho más que el oro. Hasta la fecha, de hecho es de unos 13.000 dólares la onza (el oro ronda los 1.800 dólares) pero, en abril de este año, ¡alcanzó su máximo histórico de 27.000 dólares!
Entonces te sorprenderá saber que hace unos años, cuando casi nadie quería saber sobre la compra de rodio, recomendé comprarlo por menos de 900 dólares. Y todavía no era el mínimo absoluto, que era mucho más bajo, 665 dólares, unas veinte veces menos que el valor actual. Sin embargo, no se preocupe por dejar escapar la oportunidad de obtener grandes beneficios: la compra y venta de rodio físico es un juego de peces gordos, con inversiones de al menos unos pocos millones de euros.
Sin embargo, aunque históricamente su valor ha fluctuado enormemente, el rodio siempre se ha asociado con la riqueza, tanto que, en 1979, el Libro Guinness de los Récords Mundiales otorgó a Paul McCartney un disco bañado en rodio por ser el compositor y el artista discográfico más vendido de todos los tiempos.
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