La pandemia de COVID-19 ha enseñado una lección a los inversores de todo el mundo, especialmente a los del sector energético.
Un nuevo orden energético mundial
La incapacidad demostrada hasta la fecha para ir más allá de los combustibles fósiles se ha pagado cara y, para aquellos que buscan mantener su dinero seguro en el futuro, es imposible no pensar en recurrir a opciones más sostenibles. Opciones que tienen en cuenta el nuevo orden energético mundial, que no es hiperdependiente de los combustibles fósiles no renovables.
Hemos visto, por primera vez en la historia, que los precios del petróleo se vuelven negativos. Una devastación para las economías dependientes del petróleo, muchas de las cuales todavía luchan por recuperarse.
Es de esperar que, esta vez, el mundo realice un cambio verdaderamente significativo en las elecciones energéticas.
La historia del año: Tesla
Es difícil renunciar por completo al petróleo, ya que sigue siendo una parte vital de nuestra combinación energética, sin mencionar que es una parte vital de muchas economías. Además, renunciar por completo al petróleo dejaría a cientos de miles de personas sin trabajo y a países enteros sin ingresos.
Sin embargo, como está sucediendo en un número cada vez mayor de países, la agenda verde está cada vez más en primer plano. En España esta idea es bastante compartida, pero en países como Estados Unidos, el principal productor de petróleo del mundo, hay muchas fuerzas que se están alejando de un mañana más verde. El resultado de las próximas elecciones presidenciales de noviembre probablemente será decisivo para el futuro de las energías renovables en Estados Unidos.
Que un nuevo pedido de energía puede ser una oportunidad para los inversores lo atestigua la historia del año: Tesla. Las acciones del gigante mundial de vehículos eléctricos subieron de un mínimo de 361,22 dólares en marzo a 2.277,48 dólares. Una verdadera primacía.
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