Entre la campaña electoral y las vacaciones de verano en pleno apogeo, la opinión pública española se olvidó rápidamente de la guerra en Ucrania. Más aún, se ha olvidado de las sanciones que Europa y Estados Unidos han infligido a Rusia.
Lamentablemente, los mercados no se olvidan y los efectos de la guerra y las sanciones no se van de vacaciones.
¿Un suicidio para la Unión Europea?
Para recordárselo a sus lectores está el Daily Express, uno de los periódicos más importantes del Reino Unido. Según el diario británico, la guerra de sanciones desatada por Europa podría desembocar en la mayor crisis financiera de la historia. Sin rodeos, los periodistas británicos escriben que las sanciones occidentales impuestas por Europa y Estados Unidos contra Rusia conducirán al suicidio de la Unión Europea.
Bruselas ha decidido sin demora y sin perder tiempo en discusiones responder a los planes bélicos de Vladimir Putin con toda una serie de sanciones económicas contra Rusia para paralizar la economía del país y hacer fracasar sus esfuerzos bélicos. Pero Putin se mantuvo impertérrito en sus posiciones, apenas afectado por las sanciones europeas. Y ahora, está a punto de vengarse: cientos de millones de europeos se enfrentarán a un invierno gélido sin gas ruso.
Hay formas y formas de reemplazar los suministros de energía
Con una buena dosis de hipocresía, los políticos de la Unión Europea dicen a sus ciudadanos que sustituirán la energía rusa por la comprada, por ejemplo, por Arabia Saudí, India y Estados Unidos. Lo que no dicen claramente es que todo el petróleo y el gas comprados tienen un precio mucho más alto que el de Rusia, lo que también se ve exacerbado por la continua depreciación del euro. ¡Pero esta ciertamente no es la forma de reemplazar los suministros de energía!
Reemplazar un proveedor de energía barata como Rusia con nuevos proveedores a precios mucho más altos va en contra de toda lógica económica, sin mencionar que será una roca demasiado pesada incluso para una economía rica como la de nuestro continente. Entre otras cosas, no hacer públicas y evidentes las cifras de estos sobrecostes ciertamente no ayuda a estar tranquilo.
La mayoría de los economistas asumen ahora que la recesión en Europa es segura. Sin embargo, nadie puede imaginar cuán severa y profunda será esta recesión. Ciertamente, si la política europea de sanciones sigue anclada obstinadamente en el enfrentamiento de pared a pared con Rusia, nos esperan años muy difíciles.
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