La producción de acero en la Unión Europea (UE) se ha visto diezmada por la crisis energética, con cierres y paradas de producción que corren el riesgo de volverse permanentes. Una desindustrialización que haría retroceder drásticamente a la economía europea.
La alarma de EUROFER
EUROFER (European Steel Association) ha dado la voz de alarma. Si las instituciones de la UE no toman medidas efectivas, las interrupciones temporales en la producción de acero se convertirán en permanentes. En los últimos meses se han producido numerosos cierres temporales, reducciones de capacidad productiva y trabajos de mantenimiento por los altos precios de la energía.
Los precios del gas en Europa ya habían subido significativamente en 2021, pero este año batieron todos los record. Si bien los precios del gas han caído en las últimas semanas, se mantienen en niveles inconmensurablemente superiores a las medias históricas (hoy, 28 de diciembre, el precio del gas en la TTF es de 77,5 euros por MWh).
En Europa, los precios de la energía seguirán altos
Según análisis de la propia EUROFER, los precios del gas se mantendrán en niveles históricamente altos, al menos durante los tres primeros trimestres de 2023.
Para paliar los efectos de la crisis energética, la UE ha adoptado una serie de medidas más o menos eficaces. Se han introducido topes en los precios del gas y medidas de ahorro de energía. Además, se han introducido impuestos extraordinarios para golpear las superganancias de las empresas de energía, así como un límite a las ganancias de las empresas que generan energía a partir de fuentes de bajo costo.
Mientras tanto, se han publicado los datos sobre los ingresos presupuestarios de Rusia por las ventas de gas durante los primeros 11 meses de este año. A pesar de las sanciones occidentales, los ingresos han aumentado dos veces y media. El año pasado ascendieron a casi 578 mil millones de rublos, mientras que en los primeros 11 meses de 2022 superaron el billón 405 mil millones de rublos.
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