Hay una bomba de tiempo en el Ártico: el permafrost

La infraestructura en el Ártico está amenazada por el deshielo del permafrost, mientras que la ciencia aún está lejos de predecir exactamente dónde y cuándo ocurrirán los efectos destructivos.

Intente preguntar a las personas en las zonas árticas qué significa el calentamiento global. No le responderán citando estudios científicos sobre el aumento de la temperatura en nuestro planeta. Simplemente le mostrarán algunos edificios colapsados, casas, iglesias, caminos e infraestructura colapsados ​​luego del deshielo del permafrost.

El permafrost es el pegamento que mantiene unidos los ecosistemas del norte, pero el cambio climático está descongelando grandes áreas. Los edificios construidos encima colapsan o se deforman. Por el momento, no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.

Nuevo desastre ambiental en Siberia

El reciente colapso en Siberia de un tanque de combustible, que causó el derrame de combustible en el río Ambarnaya, coloreándolo de rojo, probablemente también se deba al colapso de las estructuras debido al deshielo del permafrost. Las veinte mil toneladas de combustible diesel vertidas al medio ambiente han llevado al ecosistema ártico a una profunda crisis, que no se recuperará antes de una década.

Cualquiera que viva en el Ártico sabe desde hace tiempo que el calentamiento global está minando los edificios, las carreteras y otras infraestructuras, sin embargo, los científicos aún no han descubierto dónde ocurrirán los próximos efectos destructivos del deshielo del permafrost. De hecho, la composición del permafrost es muy variada, lo que dificulta predecir qué área se descongelará y qué tan rápido lo hará.

Muchas comunidades en Alaska también están en riesgo

En Alaska, por ejemplo, hay 35 comunidades rurales (de las casi 200 existentes) amenazadas por el deshielo del permafrost. No se sabe cuándo, pero corren el riesgo de desmoronarse cuando falla el permafrost. Un estudio también trató de estimar el daño a la infraestructura pública en esta área para fines de siglo: 5,5 mil millones dólares.

Como se mencionó, los científicos saben que el permafrost se está descongelando, pero es muy difícil crear mapas locales sobre el deshielo, con el objetivo de predecir la infraestructura con mayor riesgo. De hecho, el deshielo depende de varios factores: lluvia, friabilidad del hielo y temperatura, solo por mencionar los más importantes. Cada factor varía espacialmente y puede requerir métodos muy laboriosos para ser medidos.

Los científicos están trabajando para proporcionar respuestas confiables a aquellos que se preguntan cuándo y dónde ocurrirá el próximo colapso del edificio. Sin embargo, la tarea parece muy difícil y probablemente tomará mucho más tiempo del que tenemos disponible antes de que el derretimiento del permafrost llegue al punto de no retorno.

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