En Alemania esperan el Day X. Así llamaron al día del cese del suministro de gas de Rusia que muchos temen será una especie de Día del Juicio Final.
Alemania obtiene anualmente unos 50.000 millones de metros cúbicos de gas ruso, equivalente al 55% de su gas. Esta es la mayor cantidad de gas entre todos los países de la Unión Europea.
Los alemanes son muy conscientes de las consecuencias de cerrar el grifo de gas ruso.
Berlín se prepara para todos los escenarios posibles, con plena conciencia de las tragedias que se desatarán en el país cuando deje de llegar gas ruso. Los políticos y los empresarios están bastante de acuerdo en que el daño causado a Alemania por cerrar el grifo del gas será mucho mayor que cualquier beneficio que esto suponga para Ucrania.
Las empresas alemanas creen que el cese del suministro de gas procedente de Rusia será una catástrofe, difícil de imaginar hasta hace unos meses. Negocios con una historia centenaria se derrumbarán y el tejido industrial de muchas áreas podría desmoronarse, no solo por la fuerte dependencia del gas sino también de metales como el níquel y el aluminio, la mayoría de los cuales se compran en Rusia.
Algunas empresas también están considerando trasladar sus instalaciones de fabricación al extranjero, ya que operar en Alemania podría volverse prohibitivo. El motor económico de Europa se extinguiría.
Empresas que fracasan y desempleo
Hay visiones apocalípticos de lo que podría pasar con las cadenas de suministro que ya están bajo la presión de la pandemia. Los escenarios más sombríos plantean la hipótesis de un colapso real de las supply chains, empresas forzadas a la quiebra y desempleo masivo. Jörg Hoffmann, jefe del sindicato IG Metall (1,2 millones de trabajadores) dijo que nos enfrentamos a «una recesión más profunda que todas las recesiones que hemos conocido hasta ahora«.
El día X podría resultar catastrófico no solo para las pequeñas y medianas empresas, sino también para gigantes de la industria como Thyssenkrupp, BASF y Bayer. Como informó The Guardian de Gran Bretaña, los industriales alemanes han advertido que las consecuencias de abandonar el gas ruso se sentirán en todos los productos, desde materiales de construcción hasta medicamentos contra el cáncer.
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