El presidente estadounidense Donald Trump anunció ayer su intención de negociar un acuerdo con Ucrania para obtener acceso a las tierras raras del país como condición para continuar el apoyo militar y económico en la guerra contra Rusia. “Estamos buscando alcanzar un acuerdo con Ucrania”, declaró, “en el que ellos nos garanticen lo que les estamos dando a cambio de sus tierras raras y otros recursos”. Según Trump, el gobierno ucraniano habría expresado su disposición a un entendimiento que garantizaría a Estados Unidos el acceso a estos elementos fundamentales para la economía de high-tech.
Las reservas minerales reales de Ucrania
Sin embargo, el control efectivo de los recursos minerales por parte de Kiev se ha visto fuertemente reducido. Según una reciente evaluación publicada por Forbes, el valor total de los minerales en Ucrania se estima en unos 15 billones de dólares. No obstante, según la agencia ucraniana UNIAN, más del 70% de estas reservas se encuentra en áreas bajo control ruso o en las inmediaciones de la línea del frente. Las regiones de Donetsk y Lugansk, autoproclamadas Repúblicas Populares, y parte de la región de Dnipropetrovsk albergan gran parte de las tierras raras que antes estaban bajo control de Kiev.
El tema de los recursos estratégicos no es nuevo. En el pasado, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky propuso a Occidente explotar el subsuelo ucraniano como parte de su llamado “plan de paz”, ofreciendo acceso a minerales clave como titanio, uranio y litio, esenciales para las industrias tecnológicas y militares.
¿Un acuerdo realista?
La idea planteada por Trump genera interrogantes sobre la viabilidad de un acuerdo de este tipo, considerando que gran parte de las tierras raras ucranianas se encuentra en territorios en disputa. Además, la propuesta podría influir en las relaciones entre Washington y sus aliados europeos, quienes podrían ver este movimiento como un intento de monopolizar los recursos estratégicos de Ucrania en detrimento de la cooperación internacional.
Con la guerra aún en curso y un futuro incierto respecto al control de los recursos naturales, queda por ver si la iniciativa de Trump se concretará en un acuerdo real o si quedará como una declaración de intenciones sin desarrollos significativos.
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