A medida que crecían las protestas en Panamá el mes pasado contra una de las minas de cobre más grandes del mundo, el gobierno decidió que la mina se cerrará para satisfacer a la opinión pública (el próximo año se celebrarán elecciones políticas en el país). En realidad, se trata de una expropiación contra First Quantum Minerals, la empresa canadiense que había comprado la mina Cobre Panamá en 2013.
El cese de operaciones de Cobre Panamá, la mina más grande de Centroamérica (1,5% del cobre mundial), representa un duro golpe para la economía de Panamá.
4,8% del PIB de Panamá
Según First Quantum Minerals, se invirtieron 10.000 millones de dólares, generando trabajo para aproximadamente 40.000 personas entre empleos directos e indirectos. La producción comenzó en 2019 y para 2022 la mina se había convertido la decimocuarta mina de cobre más importante del mundo (datos del International Copper Study Group). Representaba el 4,8% del PIB de Panamá y el 75% de las exportaciones del país.
Ahora el gobierno de Panamá se enfrenta a lo que podría ser uno de los casos de arbitraje internacional más grandes de la historia jamás visto. Las reclamaciones de arbitraje de First Quantum Minerals parecen ascender a 50 mil millones de dólares.
El sentimiento antiminero dificulta la obtención de metales para la transición verde
El final del proyecto destaca que asegurar el suministro de materias primas cruciales para la transición verde en un contexto de creciente sentimiento antiminero es un asunto bastante complicado. Proteger al máximo el medio ambiente y seguir la narrativa infantil de exigir energía sin ningún coste (tanto económico como medioambiental) dificulta la obtención de todos los metales que el mundo necesita para volverse verde.
Panamá ha reducido drásticamente las tasas de pobreza en las últimas décadas gracias a un modelo de inversión abierto y favorable a las empresas. Su PIB per cápita ha alcanzado y en algunos casos superado el de varias naciones de Europa del Este. Sin embargo, las protestas masivas contra la mina de cobre han causado pérdidas por 1.700 millones de dólares, además de una sequía histórica que ha limitado el tráfico de carga a través del Canal de Panamá, amenazando una valiosa fuente de ingresos.
Los expertos de la industria minera quedaron atónitos por la velocidad de la campaña en los social media, así como por las protestas y bloqueos de carreteras que provocó en el país desperdiciar su mayor inversión extranjera.
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