Siria: ¿cuáles son las apuestas en términos de recursos naturales?

Mientras Siria vuelve al centro de la geopolítica internacional, la partida también se juega por sus riquezas naturales: petróleo, gas y fosfatos. ¿Quién tomará el control?

Siria, una tierra que abarca una superficie comparable entre la de Grecia y la del Reino Unido, vuelve a estar bajo los reflectores de la geopolítica internacional. Con la caída del régimen de Bashar al-Assad en la mira, los analistas se concentran en un tema crucial: sus recursos naturales y quién se hará con su control.

Un país lleno de contrastes, pero rico en petróleo y gas

Geográficamente, Siria es un mosaico de llanuras fértiles, desiertos infinitos y majestuosas cadenas montañosas. Pero bajo su superficie hay mucho más: un tesoro de recursos naturales que, en su momento, representaron el motor de la economía siria. Antes del estallido de la guerra civil, el país dependía principalmente de dos pilares económicos: la agricultura y el petróleo, que juntos constituían casi la mitad del PIB.

Hablar de Siria implica inevitablemente hablar de sus recursos energéticos. El petróleo, descubierto por primera vez en 1956 en Karachuk, es uno de los bienes más preciados del país. Las reservas comprobadas ascienden a unos 2.500 millones de barriles, colocándola por delante de muchos países vecinos, excepto Irak. Sin embargo, gran parte del petróleo sirio es pesado, lo que hace que su refinación sea más costosa.

El gas natural no es menos relevante: se estima que las reservas sirias alcanzan los 8,5 billones de metros cúbicos. En 2010, antes de la guerra, el país producía 7,8 millones de metros cúbicos de gas al año. Pero con el conflicto, esta producción se redujo a más de la mitad, cayendo a 4 millones de metros cúbicos en 2015.

Hasta ahora, todas las reservas energéticas sirias estaban bajo el control de Estados Unidos y sus aliados del PKK, quienes las vendían a un solo cliente: el régimen de Bashar al-Assad.

Fosfatos y minerales: un patrimonio poco explotado

Siria no solo tiene petróleo y gas. El subsuelo del país alberga una rica variedad de minerales, entre los cuales destacan las reservas de fosfatos, que ascienden a 1.700 millones de toneladas. En 2009, Siria contribuyó con el 2% de la producción mundial de roca fosfática, ocupando el noveno lugar a nivel global.

El sector del cemento también tiene importancia. En 2010, la producción siria alcanzó los 10 millones de toneladas, más del doble que en 2000, gracias a las plantas gestionadas por la General Organization for Cement and Building Material.

Además de fosfatos y cemento, el país cuenta con reservas de sal, yeso, cromo, manganeso, mármol y hierro. Sin embargo, la mayoría de estos minerales se explotan en pequeñas cantidades, contribuyendo marginalmente a la economía siria. Esto podría cambiar si, una vez terminado el conflicto, el control de los recursos vuelve a ser una prioridad para el país.

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