Si alguien se pregunta por qué se habla tanto de China cuando se trata de chatarra o metales, es posible que no sepa que el gigante asiático produce más acero, más aluminio y más cobre que cualquier otra nación de la Tierra. Entonces, si aumenta el porcentaje de consumo de chatarra china, se desencadena una reacción en cadena en todo el mundo.
Justo lo que se cree que ocurrirá este año.
Durante los últimos dos años, el gobierno chino había erigido una barrera contra la chatarra importada (metálica y no metálica), que finalizó el 1 de enero de 2021. Pero el país de alguna manera anticipó esta fecha al clasificar parte de la chatarra como un recurso y no como un desperdicio. Por eso llegaron cantidades importantes de chatarra a China en los dos últimos meses del año pasado.
Falta la chatarra roja
Sin embargo, en el caso de las importaciones de chatarra roja, en 2020 se registró un descenso de alrededor de 300.000 toneladas. Según Shanghai Metals Market (SMM), en 2021 veremos un repunte en las importaciones de chatarra con un efecto de levadura en los precios.
Por otro lado, China no es autosuficiente en el caso del cobre. En 2010, el país tenía una «tasa de autosuficiencia» del 40%, que se convirtió en 22% en 2019.
1 millón de toneladas de chatarra este año
En cuanto al mercado de metales ferrosos, las acerías chinas están cambiando hacia el uso de hornos de arco eléctrico (EAF) y otras tecnologías diseñadas para reducir las emisiones y consumir más chatarra. Los productores chinos importarán alrededor de 1 millón de toneladas de chatarra en 2021, una cantidad que tendrá un gran impacto en la región asiática circundante, especialmente en países como Vietnam que compiten por comprar la misma chatarra. El principal efecto será un aumento de los precios de la chatarra de acero a nivel mundial y regional.
En 2020, fue el acero inoxidable el que lideró el consumo de níquel en China, y ciertamente no las baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, en términos prospectivos, incluso este último absorberá una cantidad cada vez mayor de níquel.
Ciertamente, el consumo de chatarra en China dependerá del consumo generalizado de metales y, por tanto, de la fortaleza de la economía del país. Algunos analistas señalan que la década dorada de China, con la febril construcción de nuevos apartamentos, puede haber terminado. Sin embargo, el gasto en infraestructura podría proporcionar una nueva vía para incrementar el consumo de metales.
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