La nueva tasa sobre el acero rediseñará los flujos comerciales

El inicio de la implementación del Mecanismo Europeo de Ajuste de Fronteras de Carbono (CBAM) ya ha colocado a China en una posición incómoda.

El panorama comercial global está a punto de experimentar un cambio radical con el Mecanismo de Ajuste de Fronteras de Carbono (CBAM) de la Unión Europea. Según informa el Financial Times, esta medida no solo podría afectar a los mercados de exportación clave como China, sino que también podría impulsar a otras naciones a seguir el ejemplo de la Unión Europea (UE).

El cambio está a la vuelta de la esquina

Programado para el 2026 pero ya en vigor como prueba, el CBAM representa un intento de la UE de limitar las emisiones de carbono fomentando la producción y el comercio de materiales de baja intensidad de carbono, como el acero. Esta política busca mitigar el cambio climático, con especial atención al sector siderúrgico, que es conocido por depender del carbono.

La introducción de este impuesto ha colocado a China, uno de los principales exportadores a la UE, en una posición delicada. El país se encuentra en la necesidad de descarbonizar su sector siderúrgico para mantener su posición en el mercado. Sin embargo, China no es la única que siente el impacto. La decisión de la UE también está llevando a otros países, incluido el Reino Unido, a tomar medidas similares.

A nivel global, habrá una serie de reacciones en cadena

Según Deloitte China, las empresas chinas temen que otros grandes actores comerciales, como Estados Unidos y Japón, puedan adoptar medidas similares. Un cambio normativo que redescribiría significativamente los flujos comerciales globales. Algo que también debería preocupar seriamente a los políticos occidentales, dado su dependencia de las materias primas chinas esenciales para la transición ecológica.

La UE, en un intento de restablecer la competitividad y proteger las inversiones multimillonarias de las empresas siderúrgicas presentes en Europa, como ArcelorMittal y Thyssenkrupp, quiere asegurarse de que sus esfuerzos para reducir las emisiones no sean anulados por competidores con estándares ambientales más bajos.

Mayores costos para los productores europeos y una desventaja competitiva para el continente

Pero, a pesar de los objetivos ambientales, algunos productores europeos creen que el CBAM llevará a un aumento de los costos, socavando la atractividad de la región. Esta preocupación es compartida por naciones como China, India, Turquía y Brasil, que ven un obstáculo potencial para los flujos comerciales y la creación de un mercado de dos niveles: productos limpios para la UE y productos no limpios para países con regulaciones climáticas menos estrictas.

Incluso Assofermet ha lanzado la alarma: el CBAM podría hacer que los precios del acero aumenten en un 15%. Una visión compartida por Eurofer, que destaca una complejidad adicional: los productores europeos de acero podrían tener que enfrentarse a la competencia no solo del acero sucio más barato, sino también del más verde proveniente de terceros países. La preocupación es que la UE pueda convertirse en un hub de acero limpio, redirigiendo el resto de la demanda hacia otros mercados.

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