Érase una vez un mercado de níquel que corría como un toro.
Luego (marzo de 2021), el grupo chino Tsingshan dijo que tenía la intención de producir material para baterías de partir matas de níquel, dejando caer un bastión del mercado de vehículos eléctricos (EV). En la práctica, la brecha entre el tipo de níquel utilizado por la industria del acero inoxidable y el utilizado para la producción de baterías de iones de litio se ha derrumbado. La consecuencia es que la oferta no será tan limitada como se pensaba anteriormente.
Demanda creciente, pero mercado excedente
En cualquier caso, la demanda de vehículos eléctricos es algo que preocupa principalmente al futuro. El presente es el consumo de acero inoxidable, que sigue siendo el principal mercado de salida del níquel, con una fuerte recuperación de la producción de acero inoxidable desde el segundo semestre del año pasado, especialmente en China.
Pero en este contexto de recuperación de la demanda, según el International Nickel Study Group (INSG), el mercado registrará un importante surplus este año. Las encuestas de Reuters sugieren que las expectativas son de un superávit de 31.000 toneladas para este año y de 66.500 toneladas para el próximo.
Todavía hay muchas incertidumbres en el lado de la oferta
También hay que decir que sigue habiendo mucha incertidumbre sobre la producción del principal país proveedor de níquel, Indonesia. Después del colapso de las exportaciones de minerales tras las prohibiciones gubernamentales a principios de 2020, el país ha visto crecer las exportaciones de ferroaleaciones y hierro fundido niquelado (NPI). En los dos primeros meses de este año, la producción minera de Indonesia creció un asombroso 53%. Este mineral alimentará a las refinerías nacionales para exportar ferroaleaciones y níquel refinado.
Todo esto no podía dejar de dejar marcas en los precios del níquel, que subieron un poco a fines del mes pasado a raíz del aumento de los precios de los metales básicos. Sin embargo, las altas existencias de metales en la London Metal Exchange (LME) hablan por sí solas: el níquel tiene surplus.
Por tanto, los analistas piensan que en esta situación los precios del níquel no volverán a los máximos de febrero y ciertamente no podrán competir con el excelente performance de los demás metales base.
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