Los nuevos aranceles a las exportaciones de metales que introducirá Rusia a partir del 1 de agosto han sido una especie de bomba en el mercado. Una bomba destinada a golpear Europa y mostrar cuán fuerte es el sector metalúrgico ruso.
Lo que puede haber desencadenado la reacción rusa es la propuesta europea de introducir un impuesto al CO2 para las importaciones de metales de productores contaminantes, como los rusos.
Salvar a la economía rusa de la avalancha de precios al alza
Pero también es un intento del gobierno ruso de proteger el mercado interno del aumento de los precios del mercado mundial. De hecho, los aumentos en algunos casos han provocado que los precios del acero en el mercado interno ruso sean entre un 60 y un 100% más altos, con costos más altos para toda la construcción. Según el viceprimer ministro ruso, Andrei Belousov, “nuestra economía no está preparada para lo que yo diría que es una avalancha de aumentos de precios globales que se han extendido al mercado nacional durante el año pasado”.
Como informamos la semana pasada, el gobierno ruso promulgó un arancel de exportación del 15% desde el 1 de agosto hasta el 31 de diciembre de 2021, válido para todos los aceros, productos semiacabados y terminados, así como para el cobre, níquel y aluminio vendidos fuera del país, considerando también la Unión Económica Euroasiática (EAEU). Además de Rusia, el nuevo derecho también afecta a Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán. Pero pronto también podría involucrar a Cuba, Moldavia y Uzbekistán.
Sobre todo, la Unión Europea se verá afectada, que representa el segundo mercado de destino de Rusia para las exportaciones de acero (productos terminados, semiacabados y tubulares). Estas exportaciones superaron los 4,02 millones de toneladas en 2019.
Una fiesta para productores
Pero si los consumidores europeos lloran, los productores se regocijan. De hecho, uno de los beneficiarios en Europa del nuevo arancel ruso es el sector del acero, que podrá aumentar aún más los precios ya disparados de sus productos. Por poner algunos ejemplos, hasta la fecha, los precios en Europa del cuarto trimestre de las bobinas laminadas en caliente fluctúan entre los 1.170 euros y los 1.200 euros la tonelada. Solo unas semanas antes, a principios de junio, había precios entre 1.120 y 1.130 euros.
Además, las paradas de los trenes de laminación por mantenimiento, programadas como es habitual en los meses de verano, podrían incrementar aún más los precios ya que la demanda sigue siendo fuerte en todos los países europeos.
Pero no hay que olvidar que los nuevos aranceles no se refieren solo al acero. También están involucrados el cobre, el aluminio y el níquel.
En cualquier caso, los trader de metales creen que los aranceles rusos demostrarán ser una gran fiesta para todos, ya que harán subir los precios del acero tanto en el mercado nacional como en el de importación. Un festín para todos, excepto para los consumidores.
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