Las tensiones entre Rusia y Ucrania han llegado a tal punto que es imposible no preguntarse qué impacto podría tener en los mercados de materias primas en caso de conflicto armado.
Es cierto que algunos mercados ya han comenzado a descontar este efecto, pero lo peor puede estar todavía a la vuelta de la esquina.
Escenario 1: Occidente no reacciona con sanciones severas
Si Rusia invade Ucrania y Occidente no reacciona con severas sanciones contra el Kremlin, las consecuencias para los mercados de materias primas serían limitadas, aunque a corto plazo el efecto podría ser alcista. En este caso, habría riesgos para los flujos de gases que llegan a Europa a través de Ucrania y para algunos productos agrícolas ucranianos destinados a la exportación, como el maíz y el trigo.
En general, en este escenario, el daño a los mercados sería limitado.
Escenario 2: fuertes sanciones a Rusia
Otra historia es si, por el contrario, Occidente reacciona con fuertes sanciones que golpean a las principales industrias rusas. Si esto sucede, es razonable esperar una perturbación en los mercados de metales, energía y agroalimentación. Obviamente, sería un terremoto que empujaría los precios al alza.
Actualmente no hay sanciones explícitas sobre la mesa con respecto a los metales. Sin embargo, Estados Unidos puede identificar los metales y minerales como un riesgo para la seguridad nacional.
Tal eventualidad trae inmediatamente a la mente lo ocurrido en 2018 con las sanciones contra Rusal, la productora rusa de aluminio. Las sanciones estadounidenses contra Rusal conmocionaron el mercado del aluminio, también porque Rusia es, después de China, el mayor productor de aluminio.
Un desastre para el aluminio europeo
La producción rusa de aluminio primario representa alrededor del 6% de la producción mundial. El mercado mundial del aluminio es actualmente en deficit y cualquier interrupción en el suministro de metal agravaría seriamente el desequilibrio. Dado que Europa es un destino importante para el aluminio ruso, es seguro que cualquier restricción conduciría a aumentos significativos en las primas europeas.
Pero las consecuencias para el sector del aluminio no se limitarían a un aumento de las primas. De hecho, las fundiciones de aluminio en Europa están pasando por un momento muy difícil debido a los altos precios de la energía, tanto que algunas están a punto de cerrar. En un escenario en el que las sanciones afectaran los flujos de gas rusos, los precios de la energía en Europa también subirían, dejando fuera del mercado a los productores europeos de aluminio. La capacidad de producir aluminio en Europa se vería gravemente comprometida.
Mirando también a otros metales, el impacto potencial de las sanciones también afectaría al níquel, el cobre, el paladio y el platino, de los cuales Rusia es un importante productor. Además, Rusia es el segundo mayor productor de petróleo del mundo, con una producción media de unos 10,5 millones de barriles diarios (para Europa representa una cuarta parte de las importaciones), así como el mayor exportador mundial de trigo (casi el 20% del comercio mundial).
De todos estos escenarios hipotéticos queda claro que será Europa la que sufrirá graves consecuencias en caso de sanciones contra Rusia. En los juegos de guerra entre Estados Unidos y Rusia, los europeos se encontrarán pagando un precio muy, muy alto.
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