Cobre: la producción crece pero persisten tensiones por la fuerte demanda

Los ojos de los consumidores están puestos en el cobre como nunca antes. Las dificultades para encontrar metal físico y los precios en niveles muy altos no dan muchos márgenes de error para quienes tienen que comprar. Aunque los últimos datos sobre la producción de cobre de este año podrían llevarnos a esperar que las tensiones en el mercado se alivien, desafortunadamente para los consumidores este no es el caso …

Aumento de la producción mundial en enero y febrero

Según el International Copper Study Group (ICSG), la producción mundial de minas de cobre aumentó un 3,5% en los primeros dos meses del año. El protagonista de este crecimiento fue Indonesia, cuya producción aumentó en un 90% gracias a la mina Grasberg. Por el contrario, Chile, el principal productor mundial de cobre, vio disminuir su producción minera en un 2,6% en los dos primeros meses del año, al igual que Perú hasta el -3,7%.

Además, la producción de concentrado de cobre aumentó un 5% en el mismo período, así como la producción de cobre refinado (+ 2,9%). Una buena recuperación en comparación con el año pasado.

Como todos recuerdan, la minería del cobre se había visto afectada en 2020, particularmente en América del Sur, debido a la pandemia de COVID-19. Por el lado de la demanda, fue China la que arrastró con fuerza el mercado de los metales, con Europa y Estados Unidos rezagados.

Cobre en exceso, pero ¿hasta cuándo?

Volviendo a este año, el mercado mundial del cobre para ICSG registró un surplus de alrededor de 130.000 toneladas durante los dos primeros meses del año. Sin embargo, debe recordarse que otra fuente, la World Bureau of Metal Statistics, reporta un surplus de solo 2.200 toneladas de enero a marzo.

A pesar de estos datos que pueden ser un buen augurio para los consumidores de cobre, es probable que la demanda se mantenga fuerte, particularmente para aplicaciones en tecnologías verdes.

Por lo tanto, las empresas mineras deberán realizar inversiones sustanciales en los próximos años para mantenerse al día con el fuerte aumento de la demanda de metal rojo, que es esencial para todas las tecnologías de próxima generación, comenzando por los vehículos eléctricos. Hasta entonces, las tensiones provocadas por la creciente demanda se descargarán directamente en los precios.