¿Por qué los colores rojo, amarillo y azul utilizados en la alfombra de pelo anudado más antigua del mundo siguen siendo tan vivos y brillantes, incluso después de casi 2500 años?
La respuesta a este secreto fue gestionada por investigadores de la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (Alemania), que publicaron los resultados de su descubrimiento en Scientific Reports.
La alfombra anudada más antigua
La alfombra Pazyryk es el ejemplo más antiguo de alfombra anudada en el mundo y se conserva en el museo Hermitage en San Petersburgo, Rusia. Esta alfombra, hecha de lana virgen alrededor del año 400 a. C., es uno de los ejemplos más interesantes de la artesanía de la Edad del Hierro de Asia Central. Desde que la alfombra fue descubierta en 1947 por arqueólogos rusos en una tumba de Kurgan en las montañas de Altai, los expertos en técnicas de teñido tradicionales se han quedado perplejos por los colores rojo, amarillo y azul brillantes de la alfombra, que permaneció enterrada en condiciones extremas durante casi dos mil quinientos años.
Usando microscopía de fluorescencia de rayos X de alta resolución (XFR), los científicos arrojan luz sobre este secreto. El estudio se centró principalmente en las fibras de lana roja, ya que el pigmento rojo de Turquía se ha utilizado durante siglos en Asia Central y el Lejano Oriente para crear un tono distintivo de rojo. El rojo de Turquía es un complejo de metal orgánico que consiste en alizarina, derivada de las raíces de la rosa roja y el aluminio.
La lana fermentada no se desvanece
Las imágenes XRF muestran la distribución característica del aluminio a lo largo de la sección transversal de las fibras de lana fermentada. Exactamente el mismo patrón que las fibras de la alfombra Pazyryk. Este es el primer ejemplo de la técnica de fermentación y proporciona una descripción general de las técnicas utilizadas por los artesanos textiles y las mujeres en la Edad del Hierro.
El proceso de fermentación aumenta la difusión de los pigmentos hacia el centro de las fibras de lana, con el efecto de tener colores significativamente más brillantes y permanentes. Los artesanos textiles de Anatolia conocen una técnica económica pero confiable para obtener lana fermentada: extienden la lana teñida en un campo durante varias semanas a la luz solar directa, luego la colocan en un establo como cama para sus animales y luego la enjuagan en un arroyo o en un río. De esta forma obtienen lana fermentada que mantiene su color sin sufrir decoloración.
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