Cobre creciente y dólar a la baja. La victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos favoreció al metal rojo que superó los 7.000 dólares la tonelada y debilitó la moneda estadounidense.
Como saben nuestros lectores, seguir la tendencia del cobre no es algo que concierna solo a los trader, sino a cualquiera que quiera comprender mejor la economía. De hecho, es un gran indicador de crecimiento económico y preocupaciones al respecto.
Perspectivas al alza para 2021
Los analistas de Goldman Sachs creen que dada la falta de inversión en instalaciones (por ejemplo las minas), la demanda impulsada por tendencias y políticas macroeconómicas expansivas debido al debilitamiento del dólar y al aumento del riesgo de inflación, las perspectivas del cobre para 2021 son optimistas.
También Goldman Sachs, estima que la victoria de Biden aumentará la demanda estadounidense de cobre en un 2% durante los próximos cinco años. Además, predice que el cobre alcanzará los 7.250 dólares en seis meses y 7.500 dólares dentro de un año.
Pero también hay otra trend importante que está cambiando el equilibrio del mercado: el aumento de la demanda de vehículos eléctricos. Según la Agencia Internacional de Energía (EIA), las inversiones en energía se están alejando de los combustibles fósiles y las energías renovables crecerán un 80% para 2030. La energía solar y eólica, así como los automóviles eléctricos, requieren grandes cantidades de cobre.
Precios al alza y reservas a la baja
Finalmente, casi una curiosidad. Este año, según MetalMiner, hubo una correlación inversa de 86,06% entre los precios del cobre de la LME y los niveles de inventario. Esto significa que cuando los precios subieron, los inventarios bajaron y viceversa. En la práctica, durante el último año, los precios y los inventarios siguieron la oferta y la demanda del mercado.
Hasta la fecha (9 de noviembre), el contrato de cobre a 3 meses de la London Metal Exchange ha alcanzado los 7.045 dólares por tonelada.
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