Como se sabe, los lockdown vinculados a la COVID-19 pandemia han bloqueado el mercado mundial de chatarra. Desde principios de año, muchas plantas en diferentes áreas del mundo se han cerrado gradualmente o se han ralentizado significativamente.
Una vez que los lockdown terminaron o se suavizaron, el mercado no se recuperó como antes. Como resultado, los precios de la chatarra aumentaron durante el verano, tanto para el acero como para otros metales. Además, los compradores turcos en Europa volvieron al mercado el mes pasado y los precios de la chatarra subieron.
En EE. UU. y China, la demanda de chatarra seguirá siendo fuerte
El acero, en particular, se enfrenta a nuevos problemas en las dos economías más importantes del mundo.
En los Estados Unidos, con la entrada en funcionamiento de la nueva capacidad de producción de acero de los hornos de arco eléctrico (y se esperan más en los próximos años), es probable que la demanda de chatarra de acero se mantenga fuerte. Todo ello, a pesar de que el mercado de productos acabados de acero es débil, aplastado por las importaciones y por la demanda asfixiada.
China, sin embargo, nunca ha sido un gran productor de acero en hornos de arco eléctrico. Sin embargo, la flexibilidad de estos hornos y su menor impacto medioambiental están atrayendo importantes inversiones. La consecuencia es una mayor demanda de chatarra.
China tiene hambre de chatarra ferrosa
Como tal, los productores de acero en China y sus asociaciones comerciales están presionando para fomentar las importaciones de chatarra ferrosa. La idea es reclasificar la chatarra ferrosa como recurso y no como desperdicio. Por el contrario, la chatarra no ferrosa considerada residuo genérico seguirá siéndolo y las importaciones caerán a cero en 2021.
Sin embargo, el gigante asiático de la chatarra de acero espera aumentar los volúmenes de importación a partir de principios del próximo año. Como resultado, esto ejercerá una presión al alza sobre los precios.
Por supuesto, no estamos en vísperas de una rally de los precios de la chatarra de acero, ya que las perspectivas para el sector son inciertas. Sin embargo, incluso el año que viene, comprar chatarra será una batalla dura y exigente.
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