En un contexto global donde la recuperación económica cojea, la recuperación de la demanda china tras el lockdown del COVID-19 sorprende a todos e incluso al mercado del hierro se le está viendo afectado positivamente.
En los primeros tres meses de este año, durante el lockdown en China, la demanda se derrumbó pero, en el segundo trimestre, la recuperación fue rápida. Los laminados planos (utilizados para artículos domésticos y sistemas de aire acondicionado) se han beneficiado de la llegada del calor estival. El sector automotriz, en cambio, se mantuvo algo deprimido, mientras que la producción de productos largos experimentó un repunte posterior.
El hambre chino de chatarra
Debe considerarse que China ya no ha importado volúmenes significativos de chatarra desde que (2017) se modificó la legislación sobre importaciones de chatarra. La demanda interna se satisfizo parcialmente importando productos semiacabados de Malasia y palanquillas de Rusia. Además, según Reuters, el gigante asiático importó mineral de hierro principalmente de Canadá, Ucrania e India.
A corto plazo, los trader esperan una relajación de las cuotas de importación de chatarra, lo que resultará en un aumento de las importaciones de chatarra.
Por estas razones, los consumidores de chatarra esperan con ansias las novedades. De hecho, la demanda china de chatarra podría hacer subir los precios (al menos en el sudeste asiático) y reducir la disponibilidad. Si los precios de la chatarra suben, es probable que suban los precios de las redondo y la palanquilla.
Los precios se mantendrán fuertes
Además, el aumento de las importaciones de chatarra podría debilitar la demanda de mineral de hierro, aunque muchos piensan que, a fin de cuentas, el efecto será muy modesto.
Es por eso que los analistas esperan que los precios del mineral de hierro, a pesar de la lenta recuperación a nivel mundial, se mantengan altos durante el resto del año, al menos por encima de los 100 dólares por tonelada.
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