Los relojes de lujo más caros del mundo en 2025

De las obras maestras de Jaeger-LeCoultre y Breguet a las extraordinarias creaciones firmadas por Patek Philippe y Graff, los relojes más exclusivos alcanzan valores récord.

La relojería de alta gama no se limita a medir las horas, sino que representa una fusión de rigor técnico, artesanía y distinción social. A este nivel, el valor no depende tanto de los materiales empleados, sino de la rareza, del propósito y de la precisión de la manufactura.

Es una tradición que hunde sus raíces en el siglo XVI, cuando Peter Henlein, en Núremberg, realizó el primer reloj portátil. Desde entonces, el camino ha atravesado siglos de invenciones, modas y revoluciones técnicas, con protagonistas como Abraham-Louis Breguet, que en 1810 construyó para la reina de Nápoles uno de los primeros relojes de pulsera, o Louis-François Cartier, que a comienzos del siglo XX transformó el reloj en un accesorio de status.

Hoy la relojería de lujo es un universo que mueve cifras astronómicas: en 2025 se estima una facturación total de 126 mil millones de dólares, de los cuales 78,2 mil millones son generados por el segmento luxury. Un sector dominado por series limitadas, tourbillons, esferas esmaltadas a mano y engastes de piedras preciosas. Un mundo que, pese a la evolución industrial, sigue siendo patrimonio de coleccionistas, reales y grandes fortunas.

Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 Manchette (26 millones de dólares)

Un obra maestra que une joyería y micromecánica. Basado en el Calibre 101, el movimiento mecánico más pequeño jamás creado (menos de un gramo de peso y 98 componentes), este modelo se presenta como una pulsera en oro blanco con 576 diamantes engastados. Usado también por Isabel II, sigue siendo un símbolo de elegancia real y maestría técnica.

Breguet Grande Complication Marie Antoinette (30 millones de dólares)

Una leyenda iniciada en 1783 y concluida solo en 1827. El proyecto, concebido para la reina María Antonieta, encierra 823 componentes y una serie de complicaciones que, en la época, parecían pura fantasía: calendario perpetuo, repetición de minutos, termómetro y mecanismo de cuerda automática. Un reloj que ha atravesado siglos, robado y luego recuperado, hoy es considerado al mismo nivel que un tesoro nacional.

Patek Philippe Grandmaster Chime (31 millones de dólares)

El reloj de pulsera más complejo jamás creado por la maison ginebrina. Único ejemplar en acero inoxidable, subastado en 2019 con fines benéficos, requirió más de 100.000 horas de trabajo. Dotado de dos esferas independientes y 20 complicaciones, entre ellas calendario perpetuo, fases lunares y alarmas acústicas, sigue siendo un hito de la relojería moderna.

Graff Diamonds The Fascination (40 millones de dólares)

Un reloj que es también una joya transformable. Puede convertirse en pulsera, reloj de pulsera o anillo con un diamante D-Flawless de 38,13 quilates en el centro. Realizado con casi 153 quilates de diamantes, representa el triunfo de la joyería sobre cualquier virtuosismo mecánico. Una pieza única, concebida para un público exclusivo.

Graff Diamonds Hallucination (55 millones de dólares)

El récord mundial pertenece a Graff con una explosión de 110 quilates de diamantes fancy de colores. Rosas, azules, verdes, naranjas y amarillos: un mosaico cromático sin igual, donde la esfera de cuarzo desaparece tras la cascada de gemas. Presentado en Baselworld 2014, requirió más de dos años de trabajo y la participación de decenas de artesanos especializados. Una obra destinada a superar cualquier otro reloj en términos de valor y espectacularidad.

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