En tiempos difíciles como los que estamos viviendo, el tema de cómo asegurar sus ahorros es más relevante que nunca. En este contexto, comprender qué son los bancos offshore y qué hacen podría ser de gran ayuda para muchas personas.
Lo que no es un banco offshore
En primer lugar, cuando hablamos de bancos offshore no nos referimos a los neo-banks o fintechs. Para ser claros, estos no son bancos como N26, Revolut o Transferwise, todas excelentes soluciones para aquellos que necesitan cuentas online transaccionales pero que no son bancos offshore.
Los neo-banks son útiles para quienes tienen operaciones limitadas a unos pocos servicios y no mueven grandes sumas. De lo contrario, nada puede ser mejor que un banco físico, que se reúne con usted en persona y puede ofrecerle servicios financieros a medida.
Incluso si uno inmediatamente piensa que un banco offshore debería estar en el Caribe, elegir estas jurisdicciones no siempre es un buen movimiento. De hecho, las comisiones de muchos de estos bancos son muy altas y su servicio al cliente es malo, especialmente en términos de tiempo de respuesta. Además, estas jurisdicciones offshore disfrutan de una mala reputación y, por lo tanto, a menudo están bajo la presión de los gobiernos de todo el mundo para cumplir con las leyes aplicables. En otras palabras, si realiza transferencias bancarias con frecuencia, pueden producirse controles extra.
¿En qué país elegir el banco?
Es importante no olvidar que la calidad de un banco offshore es proporcional a la calidad de la jurisdicción en la que se encuentra. Solo piense en la estabilidad monetaria de un país … donde la moneda local es inestable, aumentan los riesgos de mantenerla, así como los de las intervenciones forzadas del gobierno.
Luego están los países, como Suiza, Panamá y Hong Kong, que son jurisdicciones bancarias seguras y modernas. Sin embargo, no son lugares donde los bancos sean de fácil acceso. De hecho, generalmente requieren un depósito mínimo muy alto para los extranjeros, así como una larga serie de conversaciones antes de abrir una cuenta.
Servicios en línea para quienes viven al otro lado del mundo
Si es cierto que la apertura de la relación con un banco offshore requiere la presencia física del cliente en el banco, esto no significa que, posteriormente, sea necesario visitar o llamar a la sucursal con frecuencia, especialmente si el banco se encuentra a miles de kilómetros de su residencia habitual. Es por eso que la elección de un banco offshore no puede separarse de su sistema online.
Por supuesto, en países donde los bancos tienen muchos clientes remotos, el sistema online suele ser excelente.
En la misma línea de importancia de la remote banking también existe la facilidad y la rentabilidad de usar cajeros automáticos y realizar transacciones en varios países de todo el mundo. Si tiene una cuenta en Singapur, debe poder retirar dinero del cajero automático en Italia o en otro país europeo, sin tener que pagar comisiones exorbitantes.
Singapur, pero no solo…
El ejemplo de Singapur no es del todo accidental, ya que este pequeño país asiático alberga algunos de los mejores bancos offshore del mundo.
Singapur también es una jurisdicción excelente para asegurar el capital y, a pesar de ser una de las cajas fuertes favoritas de millonarios y multimillonarios, es mucho más accesible de lo que parece. De hecho, esta ciudad-estado moderna fue diseñada para las necesidades del emprendedor moderno, sin lujos ni ficciones innecesarias como sucede en los bancos españoles o suizos.
Pero, además de Singapur, existen otras jurisdicciones en el mundo para el inversor internacional que intenta asegurar su dinero: desde Georgia hasta Mongolia, desde las Islas Cook hasta Armenia, solo por nombrar nombres que puedan sorprender a muchas personas.
En todo el mundo, las jurisdicciones bancarias offshore cambian constantemente y lo que ahora es una buena oportunidad puede no ser para siempre. Por lo tanto, como siempre sucede cuando se trata de dinero, lo más importante es estar siempre actualizado, con información de alta calidad.
¡El tiempo es dinero, pero la información es valor!
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