La economía de Túnez preocupa. ¿La salvará Kais Saied?

La incertidumbre económica se cierne sobre el nuevo presidente de Túnez, también porque nadie sabe cuáles son sus planes para el futuro del país.

El Túnez está tan cerca de España de que las dos capitales son distantes, en línea recta, poco más de mil kilómetros. Sin embargo, el desinterés en los asuntos tunecinos es total.

Pocos españoles han oído hablar alguna vez de Kais Saied, el ex profesor de derecho constitucional que se convirtió en presidente de Túnez en octubre, con más del 70% de los votos. Una presidencia caliente, dado que tiene que enfrentar los problemas de una economía cada vez más problemática.

¿Qué hará el nuevo presidente?

Además, nadie sabe qué hará el nuevo presidente al respecto, ya que, durante la campaña electoral, los candidatos tuvieron mucho cuidado de hablar sobre los problemas económicos reales de Túnez.

En el primer semestre de este año, el crecimiento se mantuvo estancado en 1,1% en comparación con 2,5% en 2018. La inflación se situó en 6,8% y la deuda pública representa 90% del PIB.

El Fondo Monetario Internacional (FMIha instado al nuevo gobierno a reducir el gasto público. Pero hasta ahora, estas medidas han sido en gran medida impopulares. Por ejemplo, un intento del gobierno anterior de reducir los salarios de los empleados públicos causó una gran ola de huelgas.

Además, las inversiones en sectores que constituyen la columna vertebral de la economía del país, como la energía y las minas, son indispensables. Actualmente, los niveles de producción en estos dos sectores estratégicos continúan deteriorándose.

Desempleo que alcanza más del 30%

Otro problema urgente es el desempleo. Según los últimos datos disponibles, el 15% de los tunecinos no tiene trabajo pero, en algunas regiones, el porcentaje supera el 30%. Los que más sufren la crisis del mercado laboral son los jóvenes graduados. Pero más del 90% de estas personas votaron por Saied  con la esperanza de que pueda poner fin a la corrupción.

Para muchos tunecinos, el nuevo presidente encarna el espíritu de la revolución de 2011: nuevas formas de democracia directa con controles, equilibrios y más poder a nivel local. Pero el presidente recién elegido también habló a favor de la pena de muerte y contra los derechos de los homosexuales y la igualdad de género.

En cualquier caso, según la constitución tunecina, Kais Saied tendrá poca influencia en la política económica del país. La papa caliente para resolver la crisis económica de hecho tocará al Primer Ministro y su gobierno.

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